Como cada año el consumo de marisco se acelera en fechas navideñas. Ha llegado el momento de engalanar nuestras mesas con el mejor de los productos y así darnos ese capricho gastronómico del que no gozamos en nuestro día a día.
Sin lugar a dudas el langostino es el rey del menú navideño. Un crustáceo muy codiciado en nuestras celebraciones y del cual no sabemos tanto como creemos.
La elección del mejor langostino precisa de un buen conocimiento de la especie, además de unos euros dispuestos a gastar.
¿Sabrías decir si un langostino es fresco o no?
La textura suave de su envoltura, sus ojos redondos y saltones acompañado de un color pardo y signos atigrado, son unas de las mejores claves.
Otro claro síntoma de que adquirimos un producto en perfectas condiciones de frescura son los bigotes, estos deben de ser largos y no fragmentados. Un langostino sin bigotes podría no ser del todo fresco.
Por otra parte los profesionales aconsejan que comprar marisco de calidad y fresco con el fin de congelarlo no es una acción muy acertada.
En la congelación suelen perderse ciertos matices de sabor y textura, por lo que resulta más idóneo en estos casos comprar el producto previamente congelado y así beneficiarnos de la disminución en el coste.
Estas navidades en España el consumo de productos gastronómicos de alta gama parece crecer según nos informan algunos comerciantes del sector. Un gesto que en algunos casos se convierte en un esfuerzo extra debido al elevado coste que tienen.
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