Las encuestas prohibidas y otros miedos absurdos y anacrónicos en elecciones

    • Las instituciones deberían vivir al compás de los tiempos y aprovechar las ventajas de la tecnología, no rehuir de ella.
    • Da la impresión que en círculos de poder hay mucho interesado en impedir que la gente tome decisiones y participe en la política del día a día.
La democracia podría mejorarse con los avances tecnológicos
La democracia podría mejorarse con los avances tecnológicos

Cuando este domingo por la noche cierren los colegios electorales, empezará una carrera vertiginosa por conocer los resultados. En un par de horas, quizá menos, España tendrá clara la foto del nuevo parlamento y se podrá hacer una idea de su futuro político inmediato.

Si nos paramos a pensar un poco en la cantidad de personas involucradas en una elección, el número de colegios electorales y la complejidad del operativo, esta rapidez resulta admirable. También lo es, al menos en España y en otros países avanzados, que apenas se produzcan reclamaciones de los partidos contendientes dignas de consideración.

La limpieza y la celeridad del conteo electoral se debe en gran parte al uso eficiente de la tecnología. No sólo confiamos en ella para las elecciones, también lo hacemos para nuestras compras, nuestro transporte, nuestra seguridad…

Pocas veces reparamos en este detalle, pero día a día hacemos auténticos actos de fe (muy justificados racionalmente) en las máquinas: semáforos, controladores aéreos, operaciones bancarias, revisiones médicas… nuestra vida está en sus manos. Y la realidad demuestra que funciona. Basta comparar la bajísima frecuencia de accidentes aéreos o ferroviarios, en cuya seguridad las máquinas tienen mucho que ver, con la de los automóviles, confiada casi en exclusiva a la pericia del ser humano.Tecnología al servicio de la democracia

Por todo esto me resulta incomprensible la actitud recelosa de las instituciones cuando se trata de poner la tecnología al servicio del ciudadano y la democracia. Las leyes se han preocupado más de prohibir la publicación de sondeos, norma por demás absurda dado lo fácil que resulta sortearla en estos tiempos de twitter y facebook.

(Te interesa leer: Es ilegal difundir sorteos desde twitter o facebook, pero no con fresas y berenjenas)

¿Quién ignora que este jueves las fresas de Andorra están por encima de las berenjenas y de las naranjas? ¿Intervendrá la Junta Electoral Central para evitarlo? Por supuesto que no. Todo el mundo dispone de la información prohibida a golpe de clic. Información que, por otra parte, no causa ningún perjuicio a la democracia.

Partidos como Podemos han incorporado la tecnología a su día a día. Retransmiten sus mítines, recopilan ideas para su programa, crean y difunden propaganda electoral, movilizan a sus simpatizantes. ¿Qué impide, si las autoridades políticas se lo toman en serio, facilitar el voto a personas con dificultades de movilidad el día de las elecciones? ¿Qué impide permitir otras opciones, como poder promocionar a algún candidato de la lista electoral o vetar a otro que no nos guste? ¿Qué impide realizar más refrendos ciudadanos en todo el país, una autonomía, un municipio o incluso un barrio?

No me creo que una civilización capaz de transportar a sus habitantes en 24 horas de un punto a otro del planeta, o de plantar un satélite en un cometa, no pueda facilitar la participación del ciudadano en el gobierno de su país con comodidad y seguridad.

¿Qué impide, me pregunto? Y me contesto: el miedo. El miedo que tienen algunos a mandar menos o a perder el control de las masas pacíficas que ellos consideran adocenadas.

Sigue @martinalgarra//

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