Las familias desalojadas en Béjar urgen soluciones para volver a sus casas

  • Béjar (Salamanca).- Un total de ocho familias de Béjar (Salamanca), todas personas jóvenes, están en la calle desde el pasado 23 de febrero tras el corrimiento de tierra que se registró en el municipio y que afectó a sus viviendas y reclaman al Ayuntamiento "soluciones urgentes" ya que el constructor está "ilocalizable".

Las familias desalojadas en Béjar urgen soluciones para volver a sus casas
Las familias desalojadas en Béjar urgen soluciones para volver a sus casas

Béjar (Salamanca).- Un total de ocho familias de Béjar (Salamanca), todas personas jóvenes, están en la calle desde el pasado 23 de febrero tras el corrimiento de tierra que se registró en el municipio y que afectó a sus viviendas y reclaman al Ayuntamiento "soluciones urgentes" ya que el constructor está "ilocalizable".

Los hechos ocurrieron la tarde del pasado 23 de febrero, cuando un corrimiento de tierra hizo que un terraplén contiguo al edificio se metiera hasta el mismo portal de un bloque de pisos, ubicado en el número 4 de la calle Arco del Monte, en la zona de la subida al paraje El Castañar

"Ya habíamos avisado al Ayuntamiento, unos días antes, de que esto podría ocurrir" ha afirmado hoy a EFE Natalia Gómez, una de las vecinas desalojadas, quien ha recordado que en el Ayuntamiento les dijeron "que no había peligro y que la malla de protección duraría toda la vida".

Ahora nadie quiere ser el dueño del terraplén que se ha venido abajo en las últimas semanas, debido a las lluvias.

Según los afectados, el Ayuntamiento dice que el terreno desprendido es del constructor y "él que hizo las viviendas está ilocalizable, posiblemente viviendo en Venezuela", ha afirmado Juan José González, otro de los vecinos.

El Ayuntamiento también está intentando ponerse en contacto con el constructor del bloque de viviendas, aunque, hasta el momento, no ha sido localizado, según ha informado a EFE el alcalde bejarano, Cipriano González.

De momento, algunas de las familias desalojadas por orden municipal, han encontrado alojamiento en casas de familiares, mientras que otros se han marchado con sus hijos a una pensión.

María Santos, otra de las afectadas, reclama "alojamiento", ya que se encuentran en una situación "muy difícil, con familias jóvenes en calle".

Todos los propietarios temen que la situación se demore demasiado.

"Tenemos miedo", dice Juan José González que se lamenta por "una situación muy compleja, donde no puedes dormir y tienes que seguir trabajando para pagar una hipoteca de un piso que no puedes habitar".

El próximo 2 de marzo acudirán técnicos y arquitectos municipales para revisar el estado del edificio y ver si está afectada la estructura del bloque de viviendas.

De momento, las canalizaciones del gas ciudad han resultado dañadas por el desprendimiento y toda la zona del edificio se encuentra precintada.

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