Las horas más bajas de Tsvangirai, la eterna alternativa a Mugabe en Zimbabue

  • La implacable lucha de Morgan Tsvangirai contra el autoritario Gobierno de Robert Mugabe en Zimbabue durante años le hizo ascender hasta el pedestal de héroe, pero sus seguidores empiezan, por primera vez, a cuestionar su aptitud ante unas elecciones presidenciales que podrían celebrarse en 2012.

Oliver Matthews

Harare, 4 abr.- La implacable lucha de Morgan Tsvangirai contra el autoritario Gobierno de Robert Mugabe en Zimbabue durante años le hizo ascender hasta el pedestal de héroe, pero sus seguidores empiezan, por primera vez, a cuestionar su aptitud ante unas elecciones presidenciales que podrían celebrarse en 2012.

La integridad de Tsvangirai -primer ministro desde 2009 en un Ejecutivo de unidad nacional presidido por Mugabe- ha quedado en entredicho tras varias acusaciones de desvío de fondos para hacer obras en su residencia, por mucho que su portavoz insista en que se trata de un mero préstamo.

De hecho, la Comisión Anticorrupción del país le sigue los pasos por haberse gastado, supuestamente, más del doble del dinero que el Estado le había concedido para renovar su vivienda.

Tampoco ha ayudado a ganarse la simpatía de sus hasta ahora fieles seguidores el hecho de que Tsvangirai contrajera matrimonio el pasado mes de noviembre con una empresaria vinculada al partido de Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), y se divorciara de ella menos de dos semanas después.

En este contexto, no resulta sorprendente que, por vez primera, la prensa privada, acostumbrada a defender la causa del primer ministro, le tache de "ingenuo".

Estos ataques en papel, no obstante, no le son extraños al "premier" zimbabuense, acostumbrado al vilipendio por "cortesía" de la prensa estatal, en manos del incombustible Mugabe, que a sus 88 años lleva casi 32 al frente del país africano.

Las críticas al líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC, en sus siglas inglés) empezaron el pasado febrero, después de que Tsvangirai se confesara "impactado" por una visita a las minas de diamantes de Chiadzwa (este), escenario de una brutal represión del Ejército en 2008 y que le habían estado vetadas hasta la fecha.

Uno de los pesos pesados del diario privado "Newsday", Brian Mangwende, se preguntó entonces: "¿Se le habrá ocurrido (a Tsvangirai) que lo que hizo que la autoridad competente denegara su acceso al lugar no estaba a la vista cuando lo visitó?".

Mangwende escribió que el primer ministro "se entusiasmó como un gorrino en un lodazal", mientras que el diario "The Independent" cargó contra él por su "evidente ingenuidad política".

Las invectivas no son nuevas, pero sólo ahora se airean en una "prensa que es creíble", afirmó Sisonke Msimang, director de la Iniciativa para una Sociedad Abierta de África Meridional, institución defensora de la democracia en la región.

Para el analista político Dumisani Nkomo, el líder del MDC está "sobrevalorado" por parte de Occidente.

"Ya no es tan popular como solía", asegura Nkomo a Efe.

Con un historial de doce años de detenciones, golpes y juicios por traición, la valentía de Tsvangirai no ha llegado a cuestionarse, sino que, según los analistas, es la "astucia" de la que hace gala Mugabe la que le faltaría a este antiguo sindicalista.

Como medida de cuán bajo ha caído la reputación del "premier" de Zimbabue sirven las críticas de sus propios compañeros de partido, que renuncian a ser nombrados por la prensa.

"No es muy sensato", dice una militante del MDC que conoce a Tsvangirai desde los años de su lucha sindical, en la década de los 90, y que lamenta también la "falta de fibra moral" del jefe del partido.

"Pero tiene una cosa: es valiente", precisa la afiliada.

A pesar de todo, las encuestas extraoficiales aún le dan ventaja en intención de voto de unas elecciones presidenciales que aún no tienen fecha fija, pero que Mugabe quiere celebrar cuanto antes en 2012, mientras el primer ministro pide que se cumplan las reformas acordadas, como la aprobación de una nueva Constitución.

El mes pasado, la emisora Nehanda Radio concedía a Tsvangirai un 66 por ciento de los sufragios, por un 17 por ciento para Mugabe.

"Ahora mismo, es el único capaz de liderar el partido (el MDC)", comenta a Efe el analista Dumisani Nkomo.

Y agrega: "A pesar de sus debilidades y de sus defectos, a los zimbabuenses no les queda otra alternativa".

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