Libia se atasca en un complicado proceso político

  • Cuatro semanas después del desmoronamiento del régimen del coronel Muamar El Gadafi, los rebeldes aún no han logrado formar un gobierno ni imponerse militarmente en todo el país.

Jorge Fuentelsaz

Trípoli, 20 sep.- Cuatro semanas después del desmoronamiento del régimen del coronel Muamar El Gadafi, los rebeldes aún no han logrado formar un gobierno ni imponerse militarmente en todo el país.

La inesperada resistencia gadafista en Sirte, Bani Walid y Sebha, así como diferencias en el seno del Consejo Nacional Transitorio (CNT) o distintas cuestiones prácticas y formales, como el anuncio de la liberación del país o el establecimiento de la sede del CNT, han ido retrasando la normalización de la transición política.

El pasado domingo, fecha en la que estaba previsto el anuncio del nuevo gobierno, los miembros del CNT no alcanzaron un acuerdo y las discusiones se pospusieron hasta el próximo día 25, según explicó hoy a Efe Amin Belhach integrante del CNT y de los Hermanos Musulmanes libios.

Las negociaciones actuales giran en torno a una lista de 22 nombres, después de que se redujera el número de candidatos presentado por el primer ministro interino Mahmud Yibril, que apostaba por un gobierno temporal con 35 carteras.

Los 43 miembros del CNT han impuesto a Yibril tres condiciones, según explicó Belhach: la primera, que "ningún ministro tenga dos carteras", lo que implica que Yibril debe renunciar a la titularidad del ministerio de Exteriores.

En segundo lugar, que a pesar de que aceptan la propuesta de Yibril de que el nuevo ejecutivo se caracterice por una representatividad regional, "esta regionalidad no vaya en detrimento de la eficiencia".

Una cuestión que levanta temores entre varios sectores temerosos de que se convierta en un antecedente.

"La nueva libia debe levantarse sobre la eficiencia", aseguró a Efe Jaled Yusef, un farmacéutico tripolitano que, a pesar de estas diferencias en los círculos políticos, se muestra optimista sobre el futuro del país y dispuesto a esperar un poco más después de 42 años de dictadura.

"Ahora somos libres para decir libremente lo que pensamos", dijo Yusef antes de subrayar que confiaba plenamente en Mahmud Yibril.

Por último, el Consejo Nacional ha exigido al primer ministro, criticado muchas veces por sus largas y continuas ausencias, que en la próxima etapa se establezca permanentemente en Libia y reduzca drásticamente sus viajes al extranjero.

A todas estas dificultades se suma la efímera legislatura del nuevo cuerpo político que finalizará cuando se libere todo el territorio, dentro de "una o dos semanas", según estimaciones del propio Belhach.

Después será disuelto y se nombrará otro ejecutivo, esta vez denominado "transitorio" y que deberá guiar el proceso político hasta la celebración de elecciones en 18 meses.

El origen de esta compleja situación se puede remontar al pasado agosto, cuando el presidente del CNT, Mustafa Abdulyalil, encargó a Yibril la formación de una "oficina política", que este último decidió retrasar hasta la liberación de Trípoli.

Sin embargo, la caída de la capital, el pasado 23 de agosto, no supuso, como se esperaba, la rendición de todas las plazas gadafistas.

Desde entonces, Sirte y Bani Walid, en el norte, y Sebha, en el sur, han resistido, una tras otra, las ofensivas rebeldes.

Esta realidad puso a Yibril y al CNT en una disyuntiva, debido a que según el proyecto de constitución que se elaboró para establecer las líneas generales de la transición, no se podía constituir un gobierno "transitorio" hasta la "liberación del país".

Y hasta el sábado pasado el CNT no "acordó que el anuncio de liberación debe incluir la liberación de las ciudades de Sebha, Bani Walid y Sirte y la consolidación de la seguridad en las fronteras", comentó Belhach.

Por lo tanto, sin liberación no se podía constituir un gobierno transitorio, pero a su vez, la comunidad internacional no aceptaba que el país fuera dirigido por una oficina ejecutiva.

Así, que el CNT determinó que el nuevo órgano elegido por Yibril sería denominado "gobierno temporal" y que su mandato terminaría con la caída de las últimas plazas fieles a Gadafi.

Entre medias, la sede del CNT ha estado moviéndose entre Bengasi, donde se estableció poco después del estallido de la revolución popular contra el régimen de Gadafi, en febrero, y Trípoli, donde según Belhach aún "quedan muchas cosas por hacer" para poder establecer definitivamente la sede.

Una cuestión que también ha entorpecido las discusiones, sumado al viaje de Abdulyalil y Yibril a Estados Unidos, donde hoy se han reunido con el presidente Barack Obama.

Además, aún quedan cuestiones por resolver, como la seguridad, la gran cantidad de armas en manos de civiles o el desmantelamiento de las milicias.

"Esperamos que con la formación del gobierno de transición tras la liberación del país estos problemas se solucionen", comentó Belhach que reconoció, además, que hay una falta de comunicación entre los líderes políticos y el pueblo.

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