Córdoba, 4 feb.- El líder musulmán que comenzó a rezar en la Mezquita-Catedral de Córdoba el 31 de marzo del 2010 -Miércoles Santo-, ha asegurado hoy en el juicio que fue una acción "espontánea", no premeditada, y en ningún momento golpearon a los vigilantes de seguridad.
Durante su intervención en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número 5 de Córdoba, el acusado ha admitido que fue él quien comenzó el rezo sobre las 17.45 horas y, acto seguido, le acompañaron en la oración una veintena de personas que iban dentro del grupo del centenar de turistas austríacos con el que viajaba.
Además, ha reconocido que sabía que dentro del monumento había una catedral donde "no podía rezar", pero no oró en ese enclave sino "más atrás".
En el momento en que estaba rezando, un vigilante se le acercó, le dijo que no podía hacerlo y fue cuando supo que estaba prohibido, según ha relatado.
A pesar de la advertencia, el acusado continuó rezando porque la oración no hubiera sido válida si se paraba en ese momento.
La situación derivó en un tumulto entre varios turistas musulmanes y agentes de seguridad, en el que dice que fueron golpeados con porras y él, en concreto, fue en un primer momento sujetado por las piernas de un vigilante y posteriormente inmovilizado de un brazo.
Sin embargo, el fiscal mantiene que en un momento dado, uno de los acusados se abalanzó sobre uno de los vigilantes y le lanzó una cuchillada hacia el pecho con una navaja, acción que pudo ser esquivada, aunque le produjo un corte en la mano izquierda.
Sobre este episodio, el acusado ha dicho que "en ningún momento" exhibieron cuchillos, ni golpearon a nadie y que esa herida que sufrió el vigilante se pudo deber a los "movimientos" dentro del "caos".
Otro de los ocho acusados, a quien el fiscal le atribuye el intento de acuchillar al vigilante, ha negado que eso ocurriera, aunque ha admitido que llevaba una navaja suiza en el bolsillo pero no la usó.
Por su lado, dos de los vigilantes que fueron testigos han apuntado que en la trifulca recibieron empujones y golpes y que el acto estaba "perfectamente organizado" ya que había varias personas que hicieron una especie de círculo de seguridad en torno a los musulmanes y rezaron en un "ángulo muerto" para las cámaras de seguridad del recinto.
Uno de ellos ha mantenido que esquivó una cuchillada con su mano izquierda, mientras con la derecha mantenía inmovilizado al líder del grupo.
Asimismo, los vigilantes han confirmado que a los turistas se les avisa a la entrada de que está prohibido el rezo por el rito musulmán en la antigua Mezquita.
El fiscal pide en su escrito de calificación más de catorce años de cárcel para los ocho acusados por delitos de desórdenes públicos, lesiones y atentado a agentes de la autoridad. EFE
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