Locura de precios y afición en el retorno de José Tomás a la Plaza México

  • La mayor plaza de toros del mundo, la Monumental Plaza México, es testigo este domingo del esperado retorno a los ruedos del español José Tomás, en una corrida que enloqueció a la afición taurina y que disparó la reventa de entradas hasta los 8.000 dólares.

El diestro, de 40 años, no toreaba en una plaza desde mayo de 2015, en Aguascalientes (centro de México), por lo que el mano a mano con el reputado torero mexicano Joselito Adame es uno de los grandes acontecimientos taurinos de los últimos tiempos.

Bajo un sol abrasador y en medio de un fuerte operativo policial, centenares de personas hacían cola este domingo ataviados con sombreros y gafas de sol para ver de nuevo al diestro en la plaza donde precisamente tomó la alternativa hace 21 años.

"Esto es como venir a ver a Messi. Es una admiración a José Tomás por su temple, el valor, la maestría, el arte", dijo a la AFP Agustín Nava, un médico de 40 años de Toluca (centro) que es abonado a esta gigantesca plaza de toros de la capital mexicana.

De hecho, las alrededor de 42.000 entradas para ver al elegante y osado 'Príncipe de Galapagar' volaron en las taquillas. Y, aunque inicialmente se vendían por entre 5 y 40 dólares, a medida que se acercaba el día D, se llegaron a pagar hasta en 8.000 en reventa.

Algunos, incluso, viajaron desde lejos para no perderse el espectáculo como Mike Loza, un ingeniero estadounidense de 60 años, que viajó desde Texas con cuatro amigos para ver la corrida.

"Nosotros crecimos viendo los toros por mi papá y José Tomás tiene la mejor reputación, así que esperamos ver al mejor torero", deseaba.

Tomás, que es duro de ver en los ruedos y no torea en España desde agosto de 2014, tiene una relación muy especial con México.

Fue en este país, y más en concreto en Aguascalientes, donde emigró al principio de su carrera por la falta de oportunidades en España y donde aún tiene una casa.

Aunque fue también en esa ciudad donde casi perdió la vida en abril de 2010 al recibir una fuerte cornada que le seccionó la arteria femoral profunda.

"Quiero darles las gracias a Aguascalientes por hacerme vivo otra vez. Soy español, pero me siento hidrocálido (gentilicio para los oriundos de esa demarcación) y mexicano", dijo en mayo del año pasado el torero, ya completamente recuperado, al salir a hombros de esa plaza.

Su bravura y su entrega, dejándose literalmente la piel ante el toro, es lo que seduce a muchos aficionados de Tomás.

"Él tiene su sangre y sus ambulancias siempre preparadas porque está consciente de que va a dejar todo en el ruedo y está listo para dar la vida, si hace falta. Esto es lo que uno viene a ver", explicaba emocionada Lourdes González, una psicóloga de 22 años que iba a la plaza junto a su novio, un exaprendiz de torero.

Sin embargo, en uno de los laterales de la Monumental, un centenar de personas se manifestaron en contra de la corrida con pancartas que decían "Esto no es una fiesta, es una tragedia" o "Tortura no es arte ni cultura" y gritaban "¡asesinos!" a las personas que hacían cola para entrar en la plaza.

"¡Por su culpa nos consideran unos salvajes!", gritaba Eduardo Urenda, uno de los manifestantes de 45 años, que se preguntaba cómo se pueden celebrar corridas de toros y fomentar actos de "tortura" en un país donde la "escalada de violencia es terrible".

csc/prz

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