Los catalanes ven a Podemos como un partido de centro y el menos catalanista

    • Los votantes de Podemos se declaran partidarios del Estado federal. La independencia no tiene adeptos.
    • El CEO desmonta tópicos: conceden más importancia al programa que al líder.
Iglesias, con la secretaria general de Podemos en Cataluña, Gemma Ubasart.
Iglesias, con la secretaria general de Podemos en Cataluña, Gemma Ubasart.

Más allá de los resultados de intención de voto, que fijan la caducidad de la mayoría absoluta que hoy ostentan CiU y ERC en el Parlament de Cataluña, las tripas del barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat, hoy conocido,ofrecen también una buena radiografía del votante de cada partido en esta comunidad.

El perfil de aquellos más afines a los partidos que tradicionalmente se han repartido el arco parlamentario apenas se sale de lo pautado. Más jugoso resulta, en cambio, medir el pulso a los que se declaran partidarios de las formaciones que advierten con provocar una estrepitosa ruptura con el escenario político hasta ahora conocido, Ciudadanos y Podemos. La formación de Rivera juega en Cataluña con bagaje, ya que, pese a su salto nacional, lleva años fraguándose ya en la escena catalana, donde cuenta con representación parlamentaria. Diferente resulta el caso de Iglesias, que por primera vez medirá sus fuerzas en la comunidad.

La irrupción del partido se avanza potente: 16 o 17 escaños, los mismos que se le atribuyen a la formación "naranja". Ambos rivalizarían por la tercera plaza, según la encuesta. El sondeo hoy conocido hecha por tierra varias de las ideas que rodean al partido del círculo. El primero, en lo relativo a la definición ideológica. Pese a que Podemos rechaza con insistencia las etiquetas políticas, sus ideas parecen dejar poca duda de que su afinidad está en la izquierda. Propuestas como las nacionalizaciones de banca y empresas estratégicas les han colocado, en vista de sus críticos, en un polo más extremo. Las alusiones a su radicalidad son argumento insistente para sus adversarios políticos.

Esta imagen, en cambio, no cala entre los catalanes, siempre de acuerdo a los resultados de este barómetro. Preguntados de 0 a 10 por dónde sitúan a cada uno de los partidos, siendo el 0 la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha, la mayoría de los encuestados coloca a la formación de Iglesias en el punto medio de la tabla, esto es, el centro-centro (18%). El resultado no deja de resultar sorprendente en la medida de lo que ello supone para la redefinición del centro ideológico. El partido es considerado menos radical de lo que puedan serlo las CUP-la coalición obtiene en esta pregunta la puntuación más alta, con un 12'3% en el extremo máximo de la izquierda- o ERC, con un 11'2%.

Son los votantes del PP los que dan a Podemos las puntuaciones más altas en el izquierdismo extremo, seguidos de los de Ciudadanos. Los 'populares' se encuentran en la situación contraria: son mayoría (38'4%) los que lo colocan en la extrema derecha, "escalón" en el que obtiene su puntuación más elevada. La percepción es especialmente alta en este sentido en el caso de los votantes de ERC y de las CUP, que de forma mayoritaria- un 61'8 % en estos últimos-sitúan al partido de Alicia Sánchez Camacho en el extremo máximo de la tabla. Un 24% de los que dicen que les votarán en las autonómicas consideran que también lo es.

La siguiente conclusión llamativa que ofrecen los datos se encuentra en la tabla entre "españolismo" y "catalanismo". Poco sorprendente puede resultar que sea el PP el más referido en la primera opción (el 57% lo consideran abanderado el máximo españolismo), pero sí el hecho de que Podemos sea el partido que los catalanes sienten como menos "catalanista". En el extremo "maximo catalanismo", la formación apenas obtiene una puntuación de 0'6, por debajo incluso del PPC, con un 1'6. El más puntuado, en este caso, también sin sorpresas, es ERC, con un 41'9, seguido de las CUP (23).

Podemos es, además, el tercero más señalado como "españolista", después de PP, como se ha indicado, y Ciudadanos (19'9%). Preguntados por dónde se sitúan ellos mismos, el barómetro demuestra una clara fragmentación: la mayoría de catalanes se divide entre los que optan por un "perfil bajo" (34'2%) "ni catalanistas ni españolistas",ni todo lo contrario- se puntúan con un 5- y los que declaran su afinidad por el máximo catalanismo (15%). Por el contrario, en el máximo españolismo se sitúa apenas un 3'1%.Una España federal, la opción preferida para sus votantes

La indefinición de Podemos ante el desafío soberanista en Cataluña ha sido uno de los frentes de ataque de sus críticos. Defensores del "derecho a decidir", desde el partido sostienen que habrán de ser los militantes los que decidan el modelo que desean para la comunidad. El secretario general, Pablo Iglesias, no obstante, sí se ha decantado partidario de un anclaje en el resto del Estado, reformulando la propuesta territorial mediante un proceso constituyente. Los votantes del partido en Cataluña parecen tener más claras sus opciones: se decantan por el federalismo como opción mayoritaria (un 52'2%).

Un 29'5% opta por no alterar el status quo y porque Cataluña siga siendo una autonomía dentro del Estado. Por el contrario, la independencia no seduce: apenas un 11% de los que se declaran futuros votantes de Podemos la apoyaría. De hecho, preguntados a continuación de forma más expresa por este asunto- "¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado independiente?", un 79'2% se pronuncian en contra, frente a un 15'2% lo hacen a favor.

Siguiendo con su percepción sobre cómo sería una Cataluña independiente, la mayoría de electores de Podemos creen que los catalanes vivirían peor (39'3%), o, en todo caso, igual que ahora (26'1%). Sólo un 17'1% cree que separarse del Estado llevaría asociado una mejora del nivel de vida.

Preguntados por si consideran que un Estado catalán independiente quedaría fuera de la UE, la respuesta se encuentra más fragmentada. Un 21'7% lo ven muy probable, un 24'9% bastante probable y un 23'2% poco probable. Poco confiados se muestran también en que la salida al "desafío soberanista" se encuentre en algún tipo de acuerdo negociadocon el Gobierno y validado por el Parlament. Un 65'6% considera esta opción poco o nada probable, frente a un 18'6% que se muestran más optimistas y lo consideran posible.

El sentir hacia la cuestión territorial es, en línea con el conjunto de encuestados, de franca indeferencia. El CEO refleja que la preocupación por las relaciones Cataluña-España ha bajado notablemente, ocupando la cuarta posición, después del paro, la insatisfacción con la política y el funcionamiento de la economía. Apenas un 19,3% de catalanes creen que es un asunto preocupante.

Indicativo del escaso interés que despierta este tema para los votantes de Podemos en la comunidad es que apenas un 7'2% afirma que la posición de los partidos sobre la relación entre Cataluña y España es un elemento importante para decantar su voto. Un abrumador 76'5% confían la papeleta, en cambio, a las soluciones que se le ofrezcan para resolver los efectos de la crisis económica. De hecho, de entre todos los partidos, son los votantes de Iglesias los que otorgan una mayor importancia a este punto. En el extremo opuesto, están los partidarios de CiU y de ERC, que, con un 48'7% y un 46'2%, demuestran que, por encima de la crisis, les importa la respuesta al desafío soberanista.El programa, más importante que el líder

En el tiempo transcurrido desde su nacimiento, Podemos ha fraguado un fuerte liderazgo en torno a su secretario general, Pablo Iglesias, y en él ha apoyado gran parte de su empuje. El partido ha crecido en las encuestas sin necesidad de líderes territoriales-designados hace apenas unas semanas- y sin ni siquiera programa, nutriéndose en buena medida de un voto descontento con el sistema y crítico con el bipartidismo.

Pero, en contra de lo que se pudiese pensar, el programa también pesa en el caso del partido emergente. Incluso más que su propio líder. Para un 65'6% de sus votantes, el elemento más importante para decidir su voto son las propuestas electorales, seguido de la ideología (un 44'2%).Apenas un 14'5 decanta el sentido de su papeleta en función de quién represente al partido.

El porcentaje es llamativo y elevado en comparación con otras formaciones. Así, por ejemplo, para los votantes de CiU, programa y líder se encuentran más igualados, con un 39'5% y un 34'6% respectivamente. El partido, comandado por Artur Mas, es el que registra una mayor puntuación en la importancia de los liderazgos, mientras que los votantes de ICV son los que conceden más importancia al programa (75'5%).

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