Los conservadores galos aparcan sus diferencias de cara a las legislativas

  • El partido conservador francés UMP trató hoy de aparcar las diferencias internas surgidas tras la derrota de Nicolas Sarkozy en las pasadas presidenciales y mostrar una imagen de unidad de cara a las legislativas de junio próximo.

París, 26 may.- El partido conservador francés UMP trató hoy de aparcar las diferencias internas surgidas tras la derrota de Nicolas Sarkozy en las pasadas presidenciales y mostrar una imagen de unidad de cara a las legislativas de junio próximo.

Con una reunión de sus principales dirigentes en París, la Unión para el Movimiento Popular (UMP) quiso dejar a un lado las querellas internas de los últimos días, sobre todo entre el secretario general del partido, Jean-François Copé, y el ex primer ministro, François Fillon.

Ambos son candidatos a tomar las riendas del principal partido conservador francés y así lo hicieron saber en los últimos días, pero han aparcado sus diferencias con vistas a las legislativas que se celebrarán el 10 y el 17 de junio próximos.

"El objeto de esta reunión es mostrar que avanzamos en la buena dirección", indicó Copé, que recordó que el objetivo de su partido es lograr una mayoría en la Asamblea Nacional que no otorgue todo el poder al socialista François Hollande tras su triunfo en las presidenciales del pasado día 6.

El secretario general del partido afirmó que Fillon tiene razón cuando asegura que la búsqueda del nuevo líder debe quedar aparcada hasta que pasen las legislativas.

La UMP parece haber recuperado el ánimo tras la publicación de un sondeo en el diario "Le Figaro" que asegura que los socialistas sólo obtendrán una victoria mínima en las legislativas, un 1 % más que los conservadores, que superarían con creces la amenaza de la extrema derecha del Frente Nacional (FN), tercera fuerza política con el 16 % de los sufragios.

El Partido Socialista (PS) lograría el 32 % de los votos, según la encuesta del diario conservador, que le sitúa muy lejos de la mayoría absoluta que reclama Hollande para poder llevar a cabo sus reformas.

La perspectiva de un buen resultado electoral ha animado a los conservadores a dar la batalla de las legislativas y posponer sus diferencias.

Fillon, que abandonó el Gobierno el pasado día 15 con aceptables cotas de popularidad, centró todas sus críticas en la acción del Ejecutivo de Hollande, a quien acusó de "agravar la crisis" con las medidas que está adoptando, como la rectificación del retraso de la jubilación que costará, dijo, 20.000 millones de euros a las arcas públicas en los próximos cinco años.

El ex primer ministro no se refirió al debate sobre la sucesión al frente del partido, aunque fueron unas declaraciones suyas las que abrieron las hostilidades.

En una entrevista aparecida a principios de semana, Fillon aseguró que tras la retirada de Sarkozy no había líder natural en la UMP y que tenía previsto dar la batalla por la dirección del partido, palabras que Copé consideró de "hipócritas".

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