Los españoles secuestrados en colombia dicen estar vivos gracias a la "colaboración policial" entre los dos países


Los dos turistas españolas secuestrados en Colombia, María Concepción Marlaska y Ángel Sánchez, llegaron esta mañana a Madrid felices por su liberación y afirmaron estar vivos gracias a la "colaboración policial" entre las Fuerzas de Seguridad y los gobiernos de ambos países.
Marlaska y Sánchez comparecieron en rueda de prensa a su llegada al aeropuerto de Barajas, donde fueron recibidos por el secretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, quien se mostró orgulloso del tiempo invertido en este caso dado que ha permitido "que una situación dramática tenga un final feliz".
Los dos españoles secuestrados agradecieron el trabajo realizado por las fuerzas de seguridad de España y de Colombia, convencidos de que ha resultado "fundamental" para conseguir que volvieran a casa a salvo. "Les tenemos que agradecer que estemos vivos", subrayaron.
Tanto Marlaska como Sánchez relataron que el comportamiento de los secuestradores "fue bueno y decente" desde el punto de vista físico, pero denunciaron un "maltrato psicológico" porque les utilizaban "como mercancía", les daban explicaciones "falsas y contradictorias" y les trasladaron por "muchos sitios".
En uno de esos movimientos, los secuestradores les bajaron del coche después de atravesar un desierto y les mandaron arrodillarse en el suelo. "Fue un momento malo, terrorífico. Nos pudimos a rezar el padrenuestro en alto porque sabíamos que nos iban a pegar un tiro en la cabeza y nos iban a matar", dijo Sánchez. "Yo temí por mi vida desde el primer hasta el último momento, siempre fui consciente de que nos podían matar".
Los dos explicaron que "el primer día fue el más doloroso" y durante un tiempo pensaron en escapar, hasta que los secuestradores ataron las manos a Sánchez con bridas y le vendaron los ojos. "Ese día perdí mi libertad absoluta", recalcó.
Durante el secuestro, las familias pidieron "cuatro o cinco" pruebas de que seguían vivos. Para demostrarlo, enviaban preguntas muy personales cuya respuesta sólo conocían Marlaska y Sánchez. "Nosotros respondíamos correctamente y así ellos sabían que estábamos con vida", explicó.
En el momento de su puesta en libertad, tuvieron la sensación de que los secuestradores les soltaban en medio de una carretera porque la Policía les había encontrado. Se habían parado "de forma extraña" y dieron muestras de nerviosismo.
Pese a que el cautiverio había terminado, Marlaska y Sánchez afirmaron que no se sintieron seguros hasta llegar a la casa del embajador de España en Colombia y, sobre todo, hasta estar montados en el avión de regreso a Madrid.

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