Los mercados financieros pierden su más fuerte apuesta en Brasil

  • La derrota de la ecologista Marina Silva en las elecciones celebradas hoy en Brasil castigó a los mercados financieros, que apostaron fuerte en su liberal propuesta económica, que ahora será encarnada por el socialdemócrata Aécio Neves.

Eduardo Davis

Brasilia, 5 oct.- La derrota de la ecologista Marina Silva en las elecciones celebradas hoy en Brasil castigó a los mercados financieros, que apostaron fuerte en su liberal propuesta económica, que ahora será encarnada por el socialdemócrata Aécio Neves.

Silva, que llegó a ser favorita para ser elegida presidenta, quedó finalmente en tercer lugar en los comicios, en los que se impuso la presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, que con el 92,88 % del censo escrutado tenía un 40,96 %.

Rousseff disputará una segunda vuelta, el próximo día 26, con Aécio Neves, que hoy recibió el 34,30 % de los sufragios, mientras que Silva se quedó con un 21,14 %.

En su campaña, Silva prometió reducir el gasto público, limitar la acción de la poderosa banca estatal y otorgarle al Banco Central plena independencia, similar a la que existe en Estados Unidos, todo lo cual fue como cantos de sirena para los mercados financieros, que la adoptaron como favorita al tiempo que subía en las encuestas.

Sin embargo, la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) perdió respaldo en la recta final de la campaña; su discurso cayó en serias contradicciones que no supo explicar y el apoyo que le había dado el electorado se fue evaporando con el correr de los días.

Silva se convirtió en candidata del PSB en agosto pasado, tras la muerte en un accidente aéreo del anterior abanderado de ese partido, Eduardo Campos.

En parte gracias al profundo impacto emocional causado por la muerte de Campos, irrumpió con fuerza en los sondeos de opinión, que hasta hace dos semanas llegaban a darla como favorita para derrotar a Rousseff en una entonces hipotética segunda vuelta.

Ese respaldo inicial se sumó a sus propuestas económicas, las más liberales presentadas en esta campaña, para seducir a los mercados, que apostaron fuerte en Silva a través de la bolsa de Sao Paulo.

A medida que Silva subía en los sondeos, el mercado paulista, el mayor de América Latina, vivió días de euforia y registró ganancias históricas, que le llevaron a quebrar una y otra marca gracias al entusiasmo generado por el "Estado mínimo" que la ecologista le ofrecía a los brasileños.

Silva encarnaba la otra cara de la moneda que ofrecía Rousseff, quien defendió en su campaña el papel de "regulador" y "bombero" de la actividad económica asumido por el Estado, que subsidia a los más pobres y a las industrias en problemas, como la automovilística o la de construcción, mediante rebajas tributarias o créditos públicos.

El modelo impuesto por Rousseff, sin embargo, ha redundado en un bajo crecimiento económico, que fue del 2,7 % en 2011, el 1,0 % en 2012, un 2,3 % en 2013 y para este año se prevé en torno al 0,30 %.

Otra propuesta de Silva que fue bien acogida por los mercados apuntaba a una nueva orientación del comercio exterior del país, centrado hoy en el eje sur-sur y que la candidata ofrecía inclinar más hacia los mercados de Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Muchos analistas también vieron en Silva la posibilidad de que un vuelco en Brasil arrastrara también a otros países de la región, incluidos en el mapa de lo que se conoce como la "nueva izquierda latinoamericana".

La derrota de la ecologista, sin embargo, no cierra todas las puertas a esas corrientes del pensamiento, que aún tienen en Neves un candidato que ofrece reducir el tamaño del Estado y redefinir las relaciones con el eje "bolivariano".

Así como Silva, Neves promete promover una alteración en el Mercosur, que Brasil integra con Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela, a fin de modificar las normas que le impiden a sus socios negociar acuerdos comerciales en forma individual.

La apertura promovida por Neves no llega, sin embargo, al extremo de defender la independencia del Banco Central, un punto que, desde la visión de los mercados financieros, era clave para enderezar el rumbo en la principal economía latinoamericana.

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