Los mulás rechazan en Pakistán que se use el ADN para acusar a violadores

  • El grupo de expertos islámicos que asesora oficialmente a las instituciones en Pakistán rechaza por razones religiosas que los rastros de ADN puedan ser usados como prueba principal en violaciones, informó hoy la prensa local.

Islamabad, 30 may.- El grupo de expertos islámicos que asesora oficialmente a las instituciones en Pakistán rechaza por razones religiosas que los rastros de ADN puedan ser usados como prueba principal en violaciones, informó hoy la prensa local.

El Consejo de Ideología Islámica (CII), sin capacidad sancionadora con notable influencia sobre las autoridades, recomienda que en las violaciones se mantenga el precepto islámico de tener cuatro testigos oculares varones para probar el crimen.

El dictamen, según los medios, se produjo ayer en respuesta a las consultas efectuadas por diversos tribunales del país sobre el peso probatorio que deben tener las muestras de material genético en los casos de agresión sexual.

"No se puede tratar (el ADN) como prueba principal, aunque puede ser de ayuda en las investigaciones", dijo según el diario Express Tribune un destacado mulá e integrante del CII, Tahir Mehmud Ashrafi, quien también preside el Consejo de Ulemas de Pakistán.

Las indicaciones de los expertos religiosos contradicen la práctica habitual hasta ahora de las fuerzas de seguridad paquistaníes, que suelen usar las muestras de ADN como evidencia clave para llevar ante la justicia a los presuntos violadores.

La aplicación judicial de la normativa islámica, que establece la necesidad de testigos varones, conlleva el riesgo de que, de no probarse la violación, la denunciante acabe acusada de mantener relaciones sexuales ilícitas, un crimen duramente penado.

Las denuncias de violencia sexual en Pakistán no paran de crecer a pesar de los esfuerzos de algunos sectores políticos y organizaciones de defensa de las mujeres.

Según la fundación local Aurat, cerca de 9.000 mujeres fueron violadas en 2011 y los datos de la primera mitad de 2012 mostraban una continuada tendencia al alza, agravada por el hecho de que muchos casos pasan desapercibidos y no son siquiera denunciados.

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