Los nuevos diputados animan el Congreso, ansiosos por arrancar la legislatura

  • El Congreso de los Diputados se está animando con la llegada de sus nuevos inquilinos, los diputados electos de la X Legislatura que hoy ya copaban las dependencias habilitadas para acreditarse, y donde se han mezclado veteranos como el socialista Alfonso Guerra con novatos como el actor Toni Cantó.

Madrid, 29 nov.- El Congreso de los Diputados se está animando con la llegada de sus nuevos inquilinos, los diputados electos de la X Legislatura que hoy ya copaban las dependencias habilitadas para acreditarse, y donde se han mezclado veteranos como el socialista Alfonso Guerra con novatos como el actor Toni Cantó.

La jornada ha sido la de mayor actividad desde que el viernes pasado se abrió la oficina de acreditaciones por la que tienen que pasar todos, tanto los nuevos diputados como los que repiten. Han sido 65 señorías las que han acudido a la Cámara, con lo que ya suman 93 los acreditados de 350 parlamentarios elegidos.

Muy orgullosa se ha mostrado la líder de UPyD, Rosa Díez, cuando se ha presentado junto a los otros cuatro diputados de este partido, todos nuevos en estas lides, para rellenar los formularios con las declaraciones de bienes, rentas y actividades y hacerse la foto oficial que de ellos aparecerá en la web de la Cámara Baja.

El novato que menos problemas ha tenido con las cámaras ha sido el actor Toni Cantó, quien ha demostrado aplomo y experiencia al afrontar sus primeras declaraciones a los periodistas parlamentarios.

Les ha dicho que viene al Congreso "con mucha ilusión, mucha responsabilidad" y muchas ganas de ponerse a trabajar ante la atenta mirada de su "jefa" de filas, Rosa Díez.

Todos juntos han llegado y también en grupo han acudido a recoger el teléfono móvil y el iPad que corresponde a cada diputado, como para dejar claro que sus 1.140.000 votos les deberían garantizar grupo parlamentario aunque no lleguen al porcentaje exigido.

Entre los nuevos parlamentarios también ha venido hoy a "fichar" el líder de IU, Cayo Lara, a quien acompañaba el que será uno de los más jóvenes del hemiciclo, Alberto Garzón, de 26 años, electo por Málaga.

Tras atender a los medios, Lara ha explicado sin cámaras delante que ambos habían renunciado al plan privado de pensiones que paga la Cámara a todos los diputados y que supone el 10% de su asignación básica, una renuncia que han exhibido como ejemplo de coherencia y que ha corrido rápidamente por la red para convertirse en noticia.

Nueva en esta legislatura, aunque no en el Congreso, es la exministra Elvira Rodríguez, del PP, quien también se ha acreditado hoy y a quien algunos sitúan como "ministrable" en el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Rodríguez ha estado ausente de la Cámara Baja desde 2006, tiempo en el que ha sido consejera de la Comunidad de Madrid, presidenta de la Asamblea de Madrid y senadora autonómica.

Otro "ministrable", Miguel Arias Cañete, ha pasado por la misma oficina algo antes que Elvira Rodríguez, pero ninguno de ellos ha querido hacer comentarios sobre la posibilidad de que vayan a ocupar en la Cámara uno de los escaños azules reservados al Gobierno.

El diputado más veterano del Congreso, Alfonso Guerra, también ha pasado por "capilla" y ha rellenado cumplidamente los formularios, que seguramente ya se sabe de memoria.

Su compañera de partido Carmela Silva, exportavoz del PSOE en el Senado, ha llegado un poco despistada a su nueva Cámara, hasta el punto de que ha preguntado a unas asistentes del PP y después a los periodistas por el lugar donde tenía que presentar sus credenciales.

Muy contento y deseoso de recuperar la actividad parlamentaria se ha mostrado el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, cabeza visible de un grupo que ha pasado de 10 a 16 diputados, y que tras acreditarse y atender a los periodistas ha tenido tiempo para entrevistarse con la dirigente del PP Soraya Sáenz de Santamaría.

La encargada de coordinar con el Gobierno el traspaso de poderes no ha pasado todavía por el trámite de los formularios, que algunos diputados consideran, en voz baja, demasiado prolijo y penoso, en un tiempo en que las nuevas tecnologías están en todas partes.

Eso sí, de las fotos oficiales que les han hecho en un estudio montado ante una de las salas de comisiones nadie se ha quejado.

¿La razón? El fotógrafo les dejaba a todos elegir, de varias tomas, la más favorecedora, e incluso podían repetir.

Y por si algún hombre quería aparecer más formal en su retrato, tenía a su entera disposición una corbata roja y otra azul, a elegir.

Mostrar comentarios