Los obispos piden "espacios de esperanza" en una sociedad "asfixiada por la crisis"


La Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE) subraya que hay “algunos indicadores verdaderamente preocupantes” que desvelan las consecuencias de la crisis en la sociedad española. Por ello, llama a generar "espacios de esperanza" en una sociedad "asfixiada por la crisis".
Con motivo de la festividad del Corpus Christi, que se celebra este domingo y en la que la Iglesia católica celebra el Día de la Caridad, los prelados españoles expresan “una gran preocupación por el aumento progresivo de la desigualdad, por la reducción de los servicios sociales, por las dificultades para acceder a la vivienda, por la bajada en el nivel medio de la renta y por el índice creciente de la pobreza infantil”.
El mensaje, que lleva por lema ‘Construyamos espacios de esperanza’, apela a ayudar a los más pobres y construir espacios “que sean germen de un futuro distinto y generen esperanza” en una sociedad “asfixiada por la crisis”.
Estos espacios, desde la perspectiva de los obispos, pueden generarse con gestos sencillos como no desperdiciando alimentos, con la renuncia de algunos derechos por parte de los más favorecidos, evitando la “apropiación indebida de los bienes”, denunciando “la economía de la exclusión” y apostando “por los más débiles”.
Durante la presentación del Día de la Caridad, en un acto informativo que tuvo lugar en Madrid el pasado 2 de junio, la CEE entregó más de seis millones de euros a Cáritas. Desde 2008, cuando la crisis comenzó a tomar fuerza, los obispos han aportado a la ONG católica casi 26 millones.
El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Juan José Omella, pidió en la citada presentación "mirar la realidad, a no cerrar los ojos a lo que tenemos en nuestro entorno", en especial "hacia los que más sufren". "Se puede mirar desde las empresas, desde los bancos, desde el mercado... Pero nosotros invitamos a mirar desde los que sufren, desde los parados, desde los excluidos, desde los recortes sociales y desde los sufrimientos de la gente. Y entonces la realidad aparece de otra manera", indicó.
"También a los obispos nos duelen los datos que nos ha dado el informe Foessa, que son muy claros, muy concisos y muy reales", así como, dijo, les duele "la gente que muere de hambre en el mundo".

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