Los soldados llevan a misiones equipos "más invisibles" de día y de noche


Los miembros de las Fuerzas Armadas Españolas tienen ahora nuevos equipos de camuflaje para el combate que son "más invisibles tanto de día y como de noche".
Así lo destacó la ministra de Defensa, Carme Chacón, durante una visita al Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia (Pcami), unidad desde la que se distribuyen uniformes militares y raciones de comida de campaña tanto a unidades en territorio nacional como a contingentes desplegados fuera de España.
Chacón conoció de cerca el nuevo uniforme de campaña "boscoso" que pone el punto final al nuevo diseño del vestuario común de las Fuerzas Armadas. Es "similar" al de los equipos de los países "más avanzados" porque incorpora un tejido más ligero, difumina la seña del calor y lleva un nuevo patrón pixelado que procura un mejor camuflaje.
"Con el nuevo uniforme de campaña", dijo la ministra, los militares serán "más invisibles cada día tanto por el día como por la noche" al incorporar la más alta tecnología. Con este uniforme se ofrece "mayor protección".
Para disfrutar de este avance, Chacón informó que ya se ha desplegado en Afganistán la "versión árida-urbana" de estos uniformes.
En su visita al Pcami, la ministra probó un cocido de una de las raciones de campaña de los militares en combate, a las que definió como "excelentes representantes de la dieta mediterránea". Ello hace que los cinco menús sean "absolutamente codiciados" en el exterior por los militares de otros ejércitos.
Junto a la comida y el nuevo equipo, la ministra visitó los talleres donde sólo mujeres confeccionan los trajes de gala, las tallas especiales y los uniformes de gestantes del Ejército de Tierra y de los Cuerpos Comunes.
Allí la ministra comprobó como una costurera tarda una hora y media en bordar la estrella de un uniforme de gala. Chacón alabó su trabajo de "artista" y le recordó que tenga en cuenta que "cada estrella es una alegría" para el que la lleva en su uniforme.
También vio la bota del número 56 de pie de Fernando Romay, cuando fue soldado, las tiendas de campaña, y toda la equipación de las distintas unidades del Ejército desde la ropa interior hasta los uniformes de gestante o de salto en paracaídas.

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