Los sondeos prevén un castigo al partido gobernante en Indonesia en las urnas

Noel Caballero

Bangkok, 8 abr.- Unos 186 millones de indonesios están convocados a votar este miércoles para elegir el nuevo Parlamento bicameral, en unas elecciones que anticipan las presidenciales de julio y en las que las encuestas prevén un castigo para el Gobierno.

El Partido Demócrata, que gobierna desde 2004, acude a los sufragios mermado por los numerosos escándalos de corrupción que atañen a algunos de los principales miembros de la formación.

Entre los casos más sonados en el seno del grupo político destaca la dimisión en febrero de 2013 del por entonces presidente de la formación, Anas Urbaningrum, tras ser acusado por una comisión anticorrupción de estar implicado en una trama ilegal de concesión de terrenos.

Además de los problemas con la ley, la falta de mejoras en las infraestructuras del país, la inflación y el aumento de los costes laborales han erosionado la popularidad del grupo, el más votado en 2009.

El presidente de Indonesia y actual líder demócrata, Susilo Bambang Yudhoyono, quien ha renunciado a presentarse para un tercer mandato el próximo julio, asumió el mando del partido con el objetivo de "salvar y consolidar" la formación de cara a los sufragios de mañana.

No obstante, los demócratas, que hace cinco años consiguieron el 21 por ciento de las papeletas emitidas, quedarán en esta ocasión entre el 5 y el 10 por ciento, según los sondeos.

Un total de 235.637 candidatos compiten por algunos de los 19.699 puestos en los distintos parlamentos nacional y regional y asambleas legislativas locales.

De ellos, 6.608 aspiran a alguno de los 560 asientos de la Asamblea Nacional o Cámara Baja del Legislativo nacional.

Según las encuestas, tres partidos serán los principales beneficiados del derrumbe de los demócratas en el poder.

Parte como favorito, el Partido Democrático de Indonesia para la Lucha (PDI-P), con entre el 20 y 22 por ciento de los votos, impulsado por la popular imagen del gobernador de Jakarta, Joko Widodo, quien encabeza los sondeos a las presidenciales del 9 de julio.

El PDI-P, que no ha formado parte del Gobierno en la última década, se presenta como una formación secular que defiende la tolerancia y el pluralismo religioso, en un país donde el 86,7 por ciento de la población profesa el islám, de carácter nacionalista y corte popular.

Con este escenario, el PDI-P, encabezado en las legislativas por la ex presidenta del país, Megawati Sukarnoputri, se verá obligado a pactar con alguno de sus rivales.

En segundo lugar, con entre el 15 y 17 por ciento de los votos, se sitúa el Golkar, el brazo político de Suharto durante los 32 años que gobernó Indonesia y encabezado para las futuras presidenciales por el presidente de la formación, Aburizal Bakrie.

Tercero en la contienda se encuentra el Partido del Gran Movimiento Indonesio o Gerindra, con una estimación entre el 11 y 14 por ciento de las papeletas, quien ha apostado durante su campaña por fortalecer el sentimiento nacionalista.

Gerindra, con el exmilitar Prabowo Subianto, quien presuntamente estuvo involucrado en violaciones de los derechos humanos en la década de los 90, aspirando al sillón presidencial, se presenta en las legislativas como un azote contra la corrupción, el retorno al control de los recursos económicos y apunta al sector agrícola para mejorar la economía y la estabilidad social.

El Tribunal Constitucional de Indonesia dictaminó con el objetivo de asegurar la limpieza del proceso democrático que las elecciones presidenciales se deben realizar tres meses después de la votación para elegir el Legislativo.

Este es el último año previsto en el que las legislativas y las presidenciales se celebran en fechas diferentes, porque en 2019 ambos sufragios tendrán lugar el mismo día.