Los testigos declaran que el acusado estaba drogado y las víctimas eran pacíficas

  • Vigo.- Varios testigos que comparecieron hoy en la segunda jornada del juicio contra el autor confeso del crimen de dos homosexuales en Vigo han relatado ante el jurado popular que el acusado, Jacobo Rial Piñeiro, estaba drogado cuando sucedieron los hechos y que las dos víctimas "no eran personas violentas".

Los testigos declaran que el acusado estaba drogado y las víctimas eran pacíficas
Los testigos declaran que el acusado estaba drogado y las víctimas eran pacíficas

Vigo.- Varios testigos que comparecieron hoy en la segunda jornada del juicio contra el autor confeso del crimen de dos homosexuales en Vigo han relatado ante el jurado popular que el acusado, Jacobo Rial Piñeiro, estaba drogado cuando sucedieron los hechos y que las dos víctimas "no eran personas violentas".

Así, un compañero de trabajo en la discoteca viguesa 'Strong' de Isaac Pérez Triviño, uno de los jóvenes asesinados, relató que el día del suceso vio hablar a Jacobo Rial e Isaac al fondo de la discoteca y que abandonaron el local al concluir el turno de trabajo de este último.

"A veces cuando conocía a alguien y tenía buen 'feeling' se lo llevaba a su casa; me dio la impresión de que habían ligado", comentó, al tiempo que reconoció que los dos asesinados "eran tranquilos y buena gente".

Otro de los testigos, también compañero de trabajo de Isaac en el 'Strong', afirmó que Isaac y Julio Anderson Luciano, la otra víctima, tenían una relación y que "comentaban que se iban a casar", aunque tanto este testigo como el resto, coincidieron en que la relación era "abierta" y que no era infrecuente que tanto uno como otro mantuviesen relaciones íntimas "con otras personas".

Por otro lado, un amigo de las dos víctimas comentó que eran "buenas personas" y que Julio era "honesto, buena persona, nada violento".

También confesó que era "posible" que dijesen ser pareja para conseguir "los papeles" de Julio, de nacionalidad brasileña y que se encontraba en España en situación irregular.

Explicó, además, que la tarde previa al crimen estuvo en la casa que las dos víctimas compartían en la calle Oporto de Vigo, y que le abrió la puerta del piso Isaac "desnudo de cintura para arriba" y que sospechó que estaba acompañado "porque se oían ruidos".

"Estaba con otra persona manteniendo relaciones en el piso pero me dejó un juego de llaves y me dijo que volviese más tarde", expuso este amigo de las víctimas, quien aseguró que regresó a la vivienda alrededor de las 20,30 horas y que fue entonces cuando vio a Jacobo Piñeiro que "entró en la cocina en calzoncillos y con pinta de sobrado".

Este testigo dijo que la actitud de Piñeiro aquella noche era "chulesca" y que "estaba en calzoncillos, todo sudado y muy encendido", fruto, según dijo, de "consumir drogas desde la noche anterior".

Añadió que Isaac Pérez Triviño también estaba drogado, "pero presentable y funcionable", sin mostrarse violento.

Otro amigo de los jóvenes asesinados se refirió a estos como "personas bastante cariñosas y nada violentas" y dijo que la relación que mantenían Isaac y Julio respondía a su intención de "conseguir los papeles" para Julio casándose ambos.

Explicó este amigo de las víctimas que la noche del crimen llegó a la vivienda de la calle Oporto antes de cenar y que Julio e Isaac eran "personas confiadas y abiertas a ayudar a la gente".

Añadió que cuando llamó por teléfono a Isaac para quedar esa noche, éste le comentó que "se había liado con un chulo", una "jerga" utilizada en el ambiente homosexual, según aclaró, para referirse a una persona con la que se van a mantener relaciones íntimas.

El nuevo juicio contra Jacobo Piñeiro Rial, que se prolongará la próxima semana, comenzó ayer por la tarde después de un largo proceso de selección del tribunal popular que juzgará a Jacobo Piñeiro Rial, para el que el fiscal solicita 60 años de prisión.

Piñeiro Rial quedó en libertad el pasado 13 de julio, después de que se cumpliese el plazo máximo de prisión provisional que establece la Ley de Enjuiciamiento Criminal, aunque en todo este periodo está obligado a comparecer diariamente ante la justicia.

La muerte de los dos jóvenes gays, que recibieron 57 puñaladas, se produjo en un piso de la calle Oporto en julio de 2006.

El detenido, que confesó la autoría, fue exculpado por un jurado popular de los delitos de homicidio, tras alegar que había actuado en legítima defensa, y únicamente se le condenó por el incendio de los cuerpos y la vivienda, por lo que se le impuso una pena de 20 años de prisión, pero el Tribunal Superior de Justicia de Galicia anuló la sentencia y ordenó la repetición del juicio.

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