Los volcanes españoles no están tan "dormidos", según un vulcanólogo del CSIC

  • Madrid.- El volcán islandés Eiyafjallajökull ha teñido de cenizas el espacio aéreo y provocado el caos en Europa, una región poco acostumbrada a que un fenómeno natural interrumpa la frenética actividad de sus habitantes; pero ante todo, su "rugido" nos ha recordado que los volcanes existen y se activan.

Madrid.- El volcán islandés Eiyafjallajökull ha teñido de cenizas el espacio aéreo y provocado el caos en Europa, una región poco acostumbrada a que un fenómeno natural interrumpa la frenética actividad de sus habitantes; pero ante todo, su "rugido" nos ha recordado que los volcanes existen y se activan.

En una entrevista con Efe, el vulcanólogo del CSIC, Ramón Ortíz, uno de los máximos expertos internacionales en vulcanología asegura que somos más vulnerables de los que creemos a una erupción, y que los volcanes españoles no están tan "dormidos" como pensamos.

Pregunta: ¿Descansa ya el Eyjafjallajökull?

Respuesta: La tendencia es a que el volcán vaya disminuyendo la actividad muy lentamente. Pero todo depende de que el volcán corte otra vez al glaciar y vuelva a generar cenizas.

P: ¿Se ha pecado de exceso de celo a la hora de cerrar el espacio aéreo?

R: Al centro de seguimiento de cenizas de Londres se le ha acusado de exagerar pero es que nunca sabes exactamente lo que va a pasar, por eso el modelo con el que trabajamos es por exceso. Estudiamos un volcán para saber lo que ha hecho y lo que va a hacer y en función de esto, se hacen simulaciones y se define el área a evacuar. Como nunca sabemos antes de tiempo la magnitud de lo que viene, siempre exageramos.

P: ¿Hay precedentes en Europa de un volcán que haya soltado tanta ceniza?

R: Sí, éste en realidad no ha soltado nada. Por ejemplo, en Islandia, el Laki, en 1783, estuvo tres o cuatro años seguidos soltando cenizas. Eso provocó inviernos muy fríos y la pérdida de cosechas.

P: ¿Cuáles fueron las consecuencias?

R: Aumentó la mortandad hasta en España, por el frío y la pérdida de cosechas y fue el desencadenante de la revolución francesa. La situación de hambre que dio lugar a la revolución francesa se debió a la erupción de ese volcán. Y en Islandia murió por hambre gran parte de la población, tanto es así que al que no podía demostrar que tenía qué comer lo mataban para evitar el canibalismo.

P: ¿Hay algún otro volcán con riesgo de entrar en erupción en las inmediaciones del Eyjafjallajökull?

R: Ninguno, sólo han sido falsas alertas. Los análisis de sismicidad dicen claramente que no se detecta nada.

P: Y en España, ¿Qué áreas volcánicas hay activas?

R: Las Canarias, los campos de Calatrava y el Pirineo.

P: ¿Qué cree que ocurriría si volviéramos a tener una erupción como la del volcán Teneguía -La Palma, 1971-?

R: Sería un desastre. La gente pone como ejemplo la erupción del Teneguía y dice que fue muy bonito y que los turistas iban a echarle fotos. La cuestión es que eso fue en el año 71, cuando la mayor parte de los aviones eran de pistón y cuando en la isla de La Palma no había nadie. Hoy justo debajo del Teneguía, por donde cayó su lava, hay 5.000 camas hoteleras.

P: ¿Somos más vulnerables?

R: Cada vez más, porque cada vez vivimos menos en contacto con la naturaleza. Antes si uno dejaba su casa dejaba una choza, hoy nos queremos llevar la televisión de plasma, y abrimos el grifo y no sale agua o nos dejan una semana sin electricidad y... ¡la que se lía! Y no debemos olvidar que las líneas de alta tensión cuando caen cenizas se quedan inservibles.

P: ¿Y qué pasa con nuestro volcán estrella, el Teide?

R: El Teide no ha hecho nada, pero cada día está más revoltoso. Hay signos de volcanes que antes no hacían nada y ahora han aumentado su actividad, como por ejemplo el sistema central de Tenerife. Hay señales de que cada día hace un poquito más. Que eso llegue a erupción o no, no puede saberse porque igual que se despertó puede dormirse. Pero le prestamos mucha atención.

P: ¿Cómo está en España en la investigación de volcanes?

R: Gente que trabaje en vulcanismo activo y en el análisis científico de la información volcánica somos tres, aunque surjan como setas cuando el tema se pone de moda. Si fuéramos seis ya sería un éxito, aunque lo ideal es la situación de Italia o Islandia con equipos de cien personas. La cuestión es que la vulcanología no está de moda, a pesar de que jugamos con el margen de los 100.000 muertos en un terremoto y de los 50.000 en una erupción. No se quiere hablar de estos temas porque dicen que es asustar al turismo.

P: A parte de la lava o de las cenizas, ¿Qué otros efectos puede tener la erupción de un volcán?

R: Los flujos piroclásticos que son una columna muy densa de cenizas que en lugar de ir a la atmósfera se elevan unos pocos cientos de metros y colapsa, entonces todo esto forma un flujo que baja a una velocidad del orden de los 150 metros por segundo y a una temperatura de unos 700 grados. Es el elemento más destructor y peligroso que puede haber en un volcán. Lo normal es que el flujo llegue a los 5 o 10 kilómetros, pero un flujo en el Teide destruiría el valle de Icod en tres minutos.

Caty Arévalo

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