Maestros uruguayos recuerdan en silencio a colega asesinado por la dictadura

  • Centenares de maestros uruguayos realizaron hoy una concentración silenciosa para recordar a su colega Julio Castro, desaparecido durante años tras ser secuestrado por la dictadura (1973-1985) y cuyos restos fueron hallados en octubre pasado en un cuartel militar e identificados esta semana.

Montevideo, 2 dic.- Centenares de maestros uruguayos realizaron hoy una concentración silenciosa para recordar a su colega Julio Castro, desaparecido durante años tras ser secuestrado por la dictadura (1973-1985) y cuyos restos fueron hallados en octubre pasado en un cuartel militar e identificados esta semana.

A la simbólica protesta, que tuvo lugar en la Plaza Libertad del centro de Montevideo, los docentes acudieron con sus tradicionales batas blancas, coronadas para la ocasión con lazos negros, y con fotografías de Castro en sus manos.

El jueves el Gobierno uruguayo informó que los restos óseos hallados el 21 de octubre pasado en un cuartel militar a las afueras de Montevideo pertenecían a Castro, un maestro rural, activista y fundador del semanario Marcha que fue detenido por el régimen el primero de agosto de 1977.

Según versiones periodísticas el profesor falleció dos días después debido a las heridas provocadas durante los intensos interrogatorios a los que fue sometido por las fuerzas represoras.

Antes de la manifestación de este viernes, el secretario general de la Federación Uruguaya del Magisterio (FUM), Gustavo Macedo, indicó a Efe que la noticia de la identificación de los restos le dejó una mezcla de "amargura y alegría".

"Me dio la sensación que Julio había muerto ayer, tenía una sensación de amargura, en la constatación de la atrocidad, y de alegría de poder saber que el maestro estaba allí y nos permite seguir avanzando en esa bandera que construyó desde muy temprana edad en su formación docente", afirmó.

Para Macedo, "el crimen de Julio", que trabajó también en Ecuador, Venezuela y México, "fue sin duda pensar diferente y la atrocidad es que un Gobierno decida que hay que eliminar a los que piensan diferente".

"En el año 77 la dictadura ya no tenía nada que hacer, no estaba combatiendo a ninguna guerrilla" y no tenía por qué "secuestrar, torturar y asesinar" a "un hombre que en su vida portó un arma para defender la democracia" y cuyas armas eran en realidad "sus ideas, el papel, el lápiz".

Macedo pidió "dejar ahora que la justicia actúe", aunque recalcó que el hallazgo es "una constatación de un crimen político que cometió la dictadura uruguaya y debe ser catalogado como un crimen de lesa humanidad, por lo tanto no prescribe".

La identificación de los restos se produce un mes después de que el Parlamento uruguayo aprobara una ley para evitar la prescripción de los delitos de la dictadura que ya ha sido puesta en duda por varios constitucionalistas.

En agosto pasado el presidente uruguayo, José Mujica, del izquierdista Frente Amplio, excluyó el caso de Castro de la Ley de Caducidad, una ley que impide juzgar los crímenes de Estado cometidos durante la dictadura salvo decisión expresa del Ejecutivo de turno.

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