Marini y Rodotá dos nombres para la presidencia de la República de Italia

Carmen Postigo

Roma, 18 abr.- Franco Marini y Stefano Rodotà tienen el mayor número de papeletas para convertirse en Presidente de la República de Italia, cuya elección comenzó hoy en sesión conjunta del Parlamento, en medio de fuertes tensiones en el Partido Demócrata (PD).

El malestar se palpa por la decisión del secretario general del PD, Pier Luigi Bersani de decantarse para el cargo de Jefe de Estado por el exsindicalista, expresidente del Senado y democristiano, Franco Marini, en entendimiento con el ex primer ministro Silvio Berlusconi del partido Pueblo de Libertad (PDL) y el tecnócrata Mario Monti, presidente del Gobierno en funciones.

Al final, lo que el centroizquierda no estaba dispuesto a transigir bajo ningún concepto a la hora de formar Gobierno, es decir, alcanzar un pacto con Berlusconi, se ha producido para la elección del Presidente de la República.

Las filas de Izquierda, Ecología Libertad, de Nicky Vendola, socios de Bersani, y una parte del PD apuestan por el jurista Rodotà, que es el candidato del Movimiento 5 Estrellas, liderado por el cómico Beppe Grillo.

Y la pregunta que se hacen los que ya se perfilan disidentes dentro del PD es si este acuerdo de Bersani con el líder de centroderecha significará más adelante un Gobierno de coalición con Berlusconi.

Bersani siempre ha defendido que una cosa es la cuestión de la Jefatura del Estado, y otra es el Gobierno, pero los apoyos del ala más radical se les están yendo por el sumidero, como se ha demostrado esta mañana cuando varios miembros del PD han acudido al Parlamento para entregarle el carné.

Le echaban en cara a Bersani su pacto con Berlusconi, y que si ha estado más de un mes buscando los apoyos de Grillo para formar Gobierno por qué en esta ocasión no daba su voto al constitucionalista laico Stefano Rodotà que apoya el Movimiento 5 Estrellas.

"Imagino que el 50 por ciento del PD será contrario a Franco Marini", afirmó Ignazio Marino, candidato de este partido para las próximas elecciones para la alcaldía de Roma a la cadena de televisión TgLa7.

En las próximas horas se sabrá lo que votarán los 317 senadores (ya que solo votarán dos vitalicios), y 630 diputados, más 58 delegados regionales, en total 1.005 electores.

El exsindalista y miembro de Acción Católica, Franco Marini, ha sido considerado un hombre de consenso, como cuando fue elegido en 2006 presidente del Senado durante el Gobierno de Romano Prodi.

Aunque su mandato duró poco, ya que el Gobierno de Prodi cayó tras dos años de legislatura, todos los partidos políticos apreciaron su discreción e imparcialidad en su cargo.

Incluso el entonces Jefe de Estado, Giorgio Napolitano, le encargó en aquella ocasión que intentase formar un Gobierno, lo que finalmente no sucedió y se volvió a las urnas.

La falta de consenso entre las fuerzas políticas para cambiar la ley electoral italiana le llevó a presentar su renuncia ante Napolitano el 4 de febrero de 2008.

"El lupo marsicano" o el "lobo marsicano", como se le conoce en Italia por su carácter solitario y su origen de la zona de la Marsica, ya que nació en localidad de San Pio delle Camere, en la provincia de L'Aquila, en la región de Los Abruzos, podría tener a sus 80 años la responsabilidad de decidir qué hacer ante la parálisis política en la que Italia se encuentra sumida.

El candidato de Grillo y el ala izquierda del PD se decantan por Rodotà.

El jurista Stefano Rodotà, laico, conocido por sus batallas en defensa de los derechos civiles es considerado un independiente a pesar de su pasado político en el Partido Comunista Italiano (PCI).

Actualmente es profesor emérito en la Universidad de Roma La Sapienza, donde impartió Derecho Civil, y son famosas sus batallas civiles por causas como la libertad de prensa, la eutanasia y la última para impedir la privatización del agua.

Quienes le votarán valoran su gran experiencia constitucional, su experiencia institucional o política, aunque matizan que es difícil considerarlo como un hombre de partido.

Fue elegido como diputado en 1979 como independiente en las listas del Partido Comunista Italiano (PCI), fue gran defensor de la Constitución, pero consciente en muchas declaraciones de sus límites y la necesidad de reformarla.