Martín Garzo recuerda el empeño moral del cine español de los años cincuenta

  • Una España a la intemperie y en proceso de reconstrucción, en medio del desconcierto que sembró la Guerra Civil, se encontraron los escritores y los cineastas de los años cincuenta, coincidentes en su deseo de presentar el lado moral de las cosas por razones de mera necesidad.

Valladolid, 24 oct.- Una España a la intemperie y en proceso de reconstrucción, en medio del desconcierto que sembró la Guerra Civil, se encontraron los escritores y los cineastas de los años cincuenta, coincidentes en su deseo de presentar el lado moral de las cosas por razones de mera necesidad.

"Vivieron y crearon sus obras en medio de un mundo roto, sin referencias morales y sin historias pero, en ningún caso, se plantearon renunciar a exponer la verdad de los hombres", ha reflexionado esta tarde en Valladolid el escritor Gustavo Martín Garzo.

Ha sido durante la celebración de una mesa redonda organizada por la 56 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), con motivo del ciclo de proyecciones que, bajo el lema de "El cine y la generación literaria española del medio siglo", presenta estos días trece filmes procedentes de adaptaciones de las letras españolas.

Películas como "Viento del norte" (1954), de Antonio Momplet; "Últimas tardes con Teresa" (1984), de Gonzalo Herralde, y "Los pájaros de Baden-Baden" (1974), de Mario Camus, acusaron la característica común de ser una especie de "reportaje filmado", el encuentro con el hombre a través de lo que Martín Garzo ha denominado un "acercamiento documental".

"El cine español de medio siglo (años cincuenta) resultaría incomprensible sin la influencia del neorrealismo italiano", ha sostenido el narrador vallisoletano antes de insistir en la ausencia de construcción dramática que acusaban largometrajes como "Tiempo de silencio" (1984), de Vicente Aranda; "Llegar a más" (1963), de Jesús Fernández Santos, y "Los golfos" (1959), de Carlos Saura.

Ante el "exceso de realidad" que atravesaba la España de posguerra, los escritores de la Generación del Medio Siglo coincidieron en su "gran apuesta" por transformarla en ficción.

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