Más CUP es menos Mas

    • Un votante de la CUP no quiere un "pequeño Estado burgués catalán", lo que quiere es una organización nueva, distinta y distante de ese modelo.
    • Dar el poder a Mas no es una revolución, es todo lo contrario, es mantener la situación y el "sistema político/económico" actual, el sistema del 3%.
Baños (CUP) asegura que "todas las opciones" están abiertas y harán lo que vote la asamblea
Baños (CUP) asegura que "todas las opciones" están abiertas y harán lo que vote la asamblea

La Asamblea dominical de la CUP, con su liturgia anarquista, ha votado. La decisión es que Mas no puede ser elegido President con sus votos. Al menos es una asamblea coherente. A sus votantes se les ofreció un cambio total y votar a Mas es más de lo mismo. Mas CUP debía ser menos Mas.
Lo que pasa es que aún no se han dado cuenta que cualquier pacto con Junts per el SI es también una incongruencia. No hay nada más inmiscible con el anarquismo que el ideario "pequeño burgués" de los independentistas catalanes herederos de la Lliga, defensores de los intereses de la Alta Burguesía catalana disfrazados de representantes de botiquers.
Si el votante de la CUP quiere la independencia no es para construir un pequeño país con las estructuras de los grandes, es para poner todo patas arriba, hasta quiere salir de Europa y el Euro, cosa que horroriza a los cuadros de CDC, a ERC y sus aledaños ¿Cómo es posible que de verdad lleguen a un acuerdo estas dos posiciones antagónicas?
Un votante de la CUP no quiere un "pequeño Estado burgués catalán", lo que quiere es una organización nueva, distinta y distante de ese modelo. Ni siquiera quiere un Estado a lo cubano o venezolana. Ambos, además de ineficientes, mantienen privilegios para las nomenclaturas políticas y reducen a la pobreza a sus ciudadanos. Lo que quiere el votante CUP es darle la vuelta al calcetín. Dar el poder a Mas no es una revolución, es todo lo contrario, es mantener la situación y el "sistema político/económico" actual, el sistema del 3%, el de la relación con los grandes empresarios y el de la oligarquía político-económica que ha detectado el poder durante los dos últimos siglos en Cataluña.
Por eso tanto con Mas, como sin Mas, si la CUP pacta con Junts per el SI es una incongruencia, es la traición a su alma. Quizás algunos, el 30%, que votó por Mas en la asamblea y los que quieren llegar a un pacto con Junts per el SI, si Mas no es President, piensen que una vez declarada la independencia, ya se encargarán las circunstancias de dar el poder a la CUP y ese será su momento. Una ingenuidad. Aunque la CUP llegara al poder total pactando con Junts per el SI, no haría lo que sus votantes quieren, se limitaría a usarlo para construir lo contrario de la utopía que alimenta sus ideales. Ya pasó con la Unión soviética y con todos los países que lo intentaron.
En consecuencia, que no se engañen los votantes de la CUP. Su pacto con Junts per el SI es una traición a sus ideales. Claro está que hasta los traidores son capaces convencerse a ellos mismos de que sus acciones son por el bien futuro.
Sólo forzando unas nuevas elecciones en Cataluña la CUP será congruente. Primero porque habrá demostrado que le importa más el ideal que la táctica. Segundo porque será fiel a lo que prometió. Tercero porque las encuestas dicen que ganará más votos.
Algunos, dentro de su organización, dirán que eso es hacer el juego a los partidarios de la Constitución y por eso hay que pactar con JUnts per el SI. Es probable que así sea, pero la fidelidad a las propias ideas siempre tiene efectos incontrolables y no por eso hay que traicionarlas. Lo seguro es que una vez destruida la pureza ya nunca se recupera, es como la virginidad.
¿Serán capaces los dirigentes de la CUP de mantenerse fieles a sus principios esenciales forzando nuevas elecciones en Cataluña? No lo creo, pero si no lo hacen empiezan a cavar su auto-destrucción, porque más CUP debiera ser menos Junts per el SI

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