Miles de alemanes continúan buscando en las actas de la Stasi quién les espió

  • Cuando se cumplen 25 años del asalto ciudadano a la central de la Stasi, la temida policía secreta de la República Democrática Alemania (RDA), más de 5.000 personas siguen solicitando cada mes tener acceso a las actas que se pudieron redactar sobre ellos y su vida íntima y cotidiana.

Berlín, 17 ene.- Cuando se cumplen 25 años del asalto ciudadano a la central de la Stasi, la temida policía secreta de la República Democrática Alemania (RDA), más de 5.000 personas siguen solicitando cada mes tener acceso a las actas que se pudieron redactar sobre ellos y su vida íntima y cotidiana.

La antigua sede del Ministerio para la Seguridad del Estado de la RDA, en el barrio berlinés de Lichtenberg, mantiene hoy sus puertas abiertas para recordar a los miles de manifestantes germano orientales que en la noche del 15 de enero de 1990, dos meses después de la caída del muro, tomaron al asalto el complejo.

Los manifestantes, enfurecidos, no entendían que los funcionarios siguieran trabajando en las instalaciones y hoy se honra a esos berlineses por haber logrado evitar que el régimen continuara a puerta cerrada destruyendo las millones de actas acumuladas durante décadas.

En palabras del comisionado federal encargado de la tutela de esos archivos, fueron unos "valientes" que hicieron una contribución clave para conocer una parte importante de la dictadura comunista.

"La Stasi era la espada y el escudo de Partido Socialista Unificado (SED), no un estado dentro de un estado", señaló hoy al inaugurar las jornadas.

Según las últimas cifras oficiales, más de dos décadas después de la apertura al público de los archivos, más de 5.000 ciudadanos siguen solicitando acceso a los posibles documentos almacenados con su nombre.

La Stasi, un híbrido de policía secreta y servicios de inteligencia diseñado a imagen de su hermana mayor, el KGB soviética, acumuló a lo largo de cuarenta años millones de actas en los que consignaba las actividades presuntamente subversivas de cientos de miles de ciudadanos.

Su objetivo, según determinó la ley que creó esta policía secreta en 1950, era proteger al Estado de "criminales, agentes enemigos, discrepantes, saboteadores o espías", terminalogía en la que la paranoia comunista encuadró a una parte importante de los ciudadanos de la RDA.

Resulta imposible saber cuántos documentos desaparecieron en las semanas que siguieron a la caída del Muro de Berlín, pero el comisionado se enfrenta todavía hoy a la titánica labor de vigilar, estudiar y clasificar más de 111 kilómetros de actas, 1,7 millones de documentos fotográficos, 2.800 vídeos y 27.600 grabaciones sonoras.

Poco antes de caer la RDA, la Stasi contaba con 91.000 funcionarios y con más de 189.000 IM (Inofizielle Mitarbeiter o trabajadores no oficiales), personas que voluntariamente o bajo presión facilitaban a las autoridades información sobre sus familiares, amigos, vecinos o conocidos.

En 1991 se aprobó la ley que regula el acceso a los archivos y, desde entonces, cerca de tres millones de personas han solicitado acceder a sus actas.

Mostrar comentarios