Bangkok, 19 jul.- Miles de camboyanos salieron a las calles de Phnom Penh para recibir al líder de la oposición, Sam Rainsy, que regresó hoy al país días después de que siete diputados y un activista del partido fueran detenidos y acusados con cargos de insurrección.
Rainsy volvió a Camboya el día que se cumple un año de su regreso tras cuatro años de exilio para unirse a la campaña electoral del Partido para el Rescate de Camboya, que acusa al gobernante Partido del Pueblo de Camboya de adulterar aquellos comicios.
La oposición, que reivindica que ganó las elecciones celebradas el 28 de julio del año pasado, boicoteó la formación del nuevo Parlamento para exigir reformas políticas y que se repitiera la votación.
"He vuelto a nuestro país para resolver el problema del actual bloqueo político. Pido que se nos dé una solución adecuada y que esta sea a partir del lunes", dijo Rainsy a sus seguidores, según el diario "Phnom Penh Post".
"Solo hay dos soluciones. Una, es una negociación pacífica. La otra es la lucha. Pero nosotros no queremos pelear, no queremos que se derrame más sangre del pueblo camboyano", añadió el líder opositor.
Siete diputados electos y un activista del partido opositor se encuentran en prisión acusados de instigar los enfrentamientos del martes pasado entre seguidores de la formación y agentes de seguridad municipal de Phnom Penh.
Los ocho fueron imputados con cargos de insurrección e incitación de actos violentes, que acarrean penas de 30 años, como responsables de unos enfrentamientos en los que 38 agentes resultaron heridos, 25 de ellos de gravedad, según fuentes gubernamentales.
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