Morales no frena huelga sanitaria pese a suspender aumento de jornada laboral

  • Los médicos y trabajadores de la salud pública de Bolivia mantienen la huelga que comenzaron hace mes y medio porque desconfían del anuncio del presidente Evo Morales de que suspende, pero no deroga, el decreto que aumenta la jornada laboral del sector de seis a ocho horas.

La Paz, 5 may.- Los médicos y trabajadores de la salud pública de Bolivia mantienen la huelga que comenzaron hace mes y medio porque desconfían del anuncio del presidente Evo Morales de que suspende, pero no deroga, el decreto que aumenta la jornada laboral del sector de seis a ocho horas.

El nuevo revés para Morales llega en vísperas de una semana para la que están convocadas una huelga general de 78 horas y paros del transporte, entre otras protestas, mientras sigue la marcha hacia La Paz de los indígenas que rechazan la construcción de una carretera financiada por Brasil en el parque natural Tipnis.

Un dirigente de la Confederación de Trabajadores en Salud, José González, dijo a Efe que la suspensión del decreto anunciada anoche por Morales "no es una garantía", ni existe jurídicamente, por lo cual exigió al gobernante que anule esa norma.

"Por ese camino no vamos a encontrar la solución (...) La determinación de la confederación y de la Central Obrera Boliviana (COB) es clara: estamos demandando al presidente que abrogue íntegramente el decreto para que se puedan suspender las medidas de presión", explicó.

Comparte ese criterio el presidente del Colegio Médico de Bolivia, Alfonso Barrios, para quien el anuncio de Morales "podría ser una distracción" para desmovilizar a los huelguistas.

"Por el momento no podemos suspender las medidas de presión porque hay susceptibilidad. Desconfiamos de los anuncios", declaró Barrios a la radio Erbol.

Recordó el caso de los indígenas que rechazan una carretera en el parque natural Tipnis, quienes en 2011, tras una marcha de 66 días hasta La Paz, lograron que Morales promulgase una ley que prohíbe cualquier proyecto vial en esa reserva amazónica, aunque luego se arrepintió e insiste en reanudar las obras, financiadas por Brasil.

Barrios señaló que aguardan algún documento oficial sobre el anuncio de Morales para analizarlo con los colegios departamentales y que ellos definan si terminan o no las protestas, pero varios de ellos ya anunciaron hoy que seguirán en huelga.

El analista político Carlos Cordero declaró a Efe que Morales busca "resolver el conflicto con los médicos" ante una nueva semana conflictiva que podría generar "una crisis política".

A su juicio, Morales está en campaña para ser reelegido en 2014 para un tercer mandato desde que presidió en enero un cónclave de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), en el que se planteó el aumento de la jornada de los médicos y sanitarios.

"El presidente ya está haciendo cálculos electorales. Da un paso atrás porque ve que los universitarios, la opinión pública, se están inclinando a favor de los médicos. Pero no quiere perder todo. Por eso simplemente habló de suspensión", opinó Cordero.

El senador Roger Pinto, de la oposición conservadora, también se mostró escéptico sobre las intenciones del mandatario porque, según dijo, sus anuncios "no son creíbles, sino contradictorios", pues "retrocede y luego pretende avanzar con mayor dureza".

"Esperemos que con esta suspensión temporal del decreto el presidente no esté mintiendo una vez más, como sucedió con el tema del Tipnis", dijo Pinto, y recordó que legalmente no existe la figura de "suspensión" de un decreto.

Tanto los médicos como los sanitarios aceptaron, en cambio, la invitación de Morales a una "cumbre nacional" en julio para diseñar un nuevo sistema de salud, pero insisten en que primero debe anular de forma definitiva el decreto que aumenta su jornada.

Apoyados por estudiantes de medicina y la COB, la mayor organización sindical boliviana, ambos colectivos están en paro desde el 28 de marzo.

Han formado piquetes de huelgas de hambre y protagonizan a diario manifestaciones y bloqueos en todo el país, argumentando que el decreto no fue consensuado ni resolverá las carencias de la salud de Bolivia, uno de los países más pobres de América Latina.

Morales anunció anoche ante la prensa, pero sin aceptar preguntas, su decisión de suspender la aplicación de las ocho horas de jornada laboral para médicos y sanitarios, acosado por protestas callejeras que en los últimos días arreciaron y se volvieron violentas.

El jueves y el viernes grupos de médicos, sanitarios y estudiantes de medicina cerraron carreteras que van de Bolivia a Brasil y Argentina y chocaron con agentes antidisturbios.

La COB, hasta hace poco aliada de Morales, anunció una huelga general de 72 horas desde el miércoles próximo para insistir en su demanda de un ajuste salarial para 2012 mayor al 8 % que decretó el mandatario el martes, Día del Trabajo, al tiempo que expropiaba una filial de una empresa eléctrica española.

Por separado, la Confederación de Chóferes de Bolivia anunció un paro nacional de 48 horas desde el lunes, junto con bloqueos de vías, para apoyar a los conductores de La Paz contra una ley que intenta regular el caótico tránsito de esta ciudad de casi un millón de habitantes, sede del Gobierno y el Parlamento aunque no capital oficial de Bolivia, la cual es Sucre.

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