Nacer mujer en Guatemala significa llevar vida de opresión, asegura activista

  • La activista guatemalteca Norma Cruz, cuya Fundación Sobrevivientes ha auxiliado a más de 15.000 mujeres en la última década, considera que "nacer mujer en Guatemala significa tener muchos retos" y llevar una vida "de opresión", según le dijo a Efe en el marco del Día Internacional de la Mujer.

José Carlos Móvil

Guatemala, 8 mar.- La activista guatemalteca Norma Cruz, cuya Fundación Sobrevivientes ha auxiliado a más de 15.000 mujeres en la última década, considera que "nacer mujer en Guatemala significa tener muchos retos" y llevar una vida "de opresión", según le dijo a Efe en el marco del Día Internacional de la Mujer.

En 1999, la hija de Cruz fue víctima de violencia sexual y, ante el rechazo de las autoridades por buscar justicia, la activista emprendió un camino que la ha llevado durante 15 años a dar acompañamiento humano y profesional a las mujeres guatemaltecas afectadas por la violencia de género.

Cruz creó en 2003 la Fundación Sobrevivientes y en 2004 fue propuesta por la organización Tierra Viva como candidata para el Premio Nobel de la Paz.

En 2009, recibió el premio para Mujeres Internacionales con Coraje, entregado por la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y la primera dama de ese país, Michelle Obama.

"En Guatemala, nacer mujer muchas veces no se ve como una bendición, sino como un castigo", aseguró Cruz.

"Y no digamos nacer mujer indígena: eso es todo un camino cuesta arriba", agregó la activista de 51 años.

En Guatemala, el 51 % por ciento de sus 15 millones de habitantes son mujeres y dos de cada cinco mujeres son indígenas, según cifras oficiales.

En 2013, se reportaron casi 100.000 embarazos en adolescentes, dentro de los cuales se incluyen 7.000 en niñas de entre 10 y 14 años.

"La mujer guatemalteca vive con mucha opresión, ya sea indígena o ladina. Y esa opresión viene de la casa, de la comunidad, del lugar donde usted trabaja. De todos lados", indica Cruz.

La Fundación Sobrevivientes se encuentra hoy en 14 departamentos del país y lucha contra la trata de personas, las adopciones ilegales, la violencia sexual y el feminicidio en Guatemala.

Según sus propias estadísticas, atienden alrededor de 1.500 a 2.000 casos anuales y en la última década han conseguido 2.500 sentencias condenatorias en contra de asesinos y violadores.

"La experiencia en estos años ha sido muy positiva, pero también es desgastante. Hay momentos difíciles, de mucho dolor. Todos los días tenemos una gran carga de dolor y sufrimiento pero nos llena de satisfacción el trabajo hecho", relata Cruz.

En Guatemala fueron asesinadas 755 mujeres durante 2013.

La lucha de Cruz llegó a provocarle un promedio de 50 amenazas de muerte cada día en 2010. Sin embargo, después del miedo inicial, la activista recuerda que decidió investigar el origen de las mismas y llevar a juicio a los responsables.

Las amenazas, según la activista, provenían de un narcotraficante, debido a la participación de Cruz en el juicio contra varios miembros de su estructura criminal en un caso de violencia sexual y asesinato.

"Nunca me ha pasado por la cabeza darme por vencida. Lo digo honestamente. Soy una mujer de fe", agrega la activista, quien considera que pese a los obstáculos, el país ha tenido "avances significativos" en los últimos años en el tema del marco legal en favor de la mujer.

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