Nada raro en el mundo de Los Secretos

  • "Mucha actitud y poca pose", decía Joaquín Sabina para referirse a Los Secretos, la banda madrileña que hoy llegó a Oviedo para presentar su nuevo disco, "En este mundo raro", su primer trabajo con nuevas canciones desde hace cinco años.

Raúl Molina

Oviedo, 12 nov.- "Mucha actitud y poca pose", decía Joaquín Sabina para referirse a Los Secretos, la banda madrileña que hoy llegó a Oviedo para presentar su nuevo disco, "En este mundo raro", su primer trabajo con nuevas canciones desde hace cinco años.

La minigira de doce conciertos que arrancó el jueves en Vigo, y que se cerrará el 10 de diciembre en el Teatro Real de Madrid, permite al grupo que lidera Álvaro Urquijo poner sobre el escenario esos nuevos temas que siguen sonando al pop elegante de siempre, a letras cuidadas, influencias country y algún toque mexicano.

Así que nada raro para los cinco músicos que integran en la actualidad la banda -a los que se suma en esta serie de conciertos Ricardo Marín a la guitarra acústica-, acostumbrados a un público fiel que llena aforos de casi dos mil personas cuando empiezan a transitar por la cuarta década desde sus primeras maquetas.

La primera parte del concierto sirvió a Los Secretos para ir dando a conocer sus últimas composiciones, ésas que sus seguidores escuchan en silencio a la espera de que el tiempo decida cual de ellas se convertirá en un nuevo clásico para sumarse al karaoke habitual de sus piezas más reconocidas.

Con alguna queja por el sonido en el tramo inicial, Urquijo y su grupo fueron intercalando entre los temas de "En este mundo raro" las canciones que todo el mundo espera, las que nos les perdonarían que sacaran de su repertorio, las que ponen nostálgicos a sus compañeros de generación y permiten presumir a los adolescentes y veinteañeros que acuden a sus recitales de haberlas escuchado en directo.

Especialistas en los medios tiempos y sobre un escenario austero e intimista, los temas de su nuevo disco -en el que todos los miembros del grupo firman canciones- se mezclan sin rubor y aguantan el tirón de sonar junto a "Colgado", "No me imagino", "La calle del olvido" o "Agárrate a mi María".

Y sin que falte, por supuesto, el homenaje a Enrique Urquijo, esta vez con el "No digas que no", a cuatro días de que se cumplan doce años de su fallecimiento, para enfilar la recta final del concierto en la que incluyeron los dos temas de su último álbum que, quizá, más suenen a Los Secretos: "Quererte por segunda vez" y "Buena vida y mejor vino".

Y de ahí hasta el final mandaron las guitarras eléctricas para poner a bailar a un público acomodado en sus butacas que dejó de estarlo para cantar a Chavela Vargas, corear el "Nada más" de José María Granados -el sexto secreto- y desafinar a coro por unos "Ojos de perdida".

Los escépticos no parecen ir a sus conciertos. Al final asumen que compensa acudir para escuchar, una vez más, una letra redonda como "A tu lado", un riff de guitarra como el de "Buena chica" o el inevitable "Déjame", algo más que una canción desde hace décadas, y que Urquijo admite seguir tocando porque sus seguidores siguen ahí.

Volvieron a dar las gracias por elegirles y siguieron ruta dejando claro que ser vulgares al subirse a un escenario no forma parte de su repertorio.

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