Nepal. Acción contra el hambre alerta de que el "colapso” en el aeropuerto dificulta la entrega de ayuda


La ONG Acción contra el Hambre advirtió este lunes de que “el colapso” en el aeropuerto de Katmandú, capital de Nepal, “ralentiza la llegada de asistencia a las zonas rurales” más dañadas por el terremoto, que ha costado la vida a más de 7.000 personas y ha devastado el país.
En un comunicado, subrayó la necesidad de llegar a “las regiones más remotas”, pues en Katmandú la situación “tiende a normalizarse” a pesar de importantes daños muy localizados y la presencia de campamentos dispersos por toda la capital
La ayuda humanitaria enviada por Acción contra el Hambre, “inmovilizada hasta el pasado fin de semana en el saturado aeropuerto de Katmandú”, ha comenzado ya a distribuirse en Sindhupalchok y Nuwakot. En ambos distritos, la gran mayoría de la población ha perdido su vivienda y sus reservas de comida, así como su principal fuente de alimentación.
En Nuwakot, al noroeste de la capital, 140.000 personas se han visto afectadas por el terremoto, y entre el 80 y el 90% de las casas se han derrumbado. Las evaluaciones de los equipos de Acción contra el Hambre muestran la escasez de reservas de alimentos disponibles y las necesidades de agua y de apoyo psicológico, tras el trauma sufrido durante los últimos días. Estos trabajan en el reparto de víveres y han instalado una planta potabilizadora para proporcionar agua a 2.000 personas.
Del mismo modo, La mitad de los 300.000 habitantes de Sindhupalchok ha perdido su hogar por el terremoto. “El 90% de los centros de salud del distrito han quedado arrasados, y “las necesidades nutricionales de los niños deben ser atendidas de inmediato”, señala la organización.
Acción contra el Hambre, junto a Médicos del Mundo, ha puesto en funcionamiento una clínica móvil para paliar la falta de estructuras sanitarias y facilitar la detección, atención y tratamiento de los niños con desnutrición aguda severa. En Katmandú, duramente golpeada por el terremoto, los daños más importantes se localizan en las zonas de la ciudad “más frágiles y antiguas”.
El gran número de ONG desplegadas en esta ciudad facilita no obstante una mejor cobertura de la población, que cada vez más acude a los campamentos improvisados, bien porque han perdido su casa, bien por miedo a nuevas réplicas.

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