No es la séptima víctima de Violencia de Género, era Lisa Jane Lyttle

    • El pasado sábado era asesinada en Mallorca, lejos de las calles de la localidad deKilburn, al norte de Londres, en la que no pueden creer su muerte.
    • El cruel asesinato es especialmente doloroso para su anciana madre, Joan, y parasu hija Demmi Nicole de 18 años, a la que estaba muy unida.
Lisa Jane Lyttle vivía en Kilburn, al norte de Londres, y fue asesinada en Costa de la Calma (Mallorca)
Lisa Jane Lyttle vivía en Kilburn, al norte de Londres, y fue asesinada en Costa de la Calma (Mallorca)

Lisa Jane Lyttle aparecía sonriendo en todas las fotos, y su sonrisa era de las que contagiaban la alegría de vivir. A sus 49 años, nadie podría haber dicho que no estaba en la flor de la vida, y menos que alguien se la fuera a robar como así ha sido.

El pasado sábado era asesinada en Costa de la Calma (Mallorca), conjurándose una cruel paradoja que puede ser mayor si se sabe que su asesino la mató estrangulándola con el cable de un móvil.

Pero el asesinato de Lisa no debe olvidarse en España, como tampoco ha pasado desapercibido en Kilburn, la localidad al norte de Londres en la que vivía. En Kilburn se empapó Lisa de una herencia vecinal irlandesa, y de la diversidad de su población en la que era una más desde hacía catorce años.

Y podemos imaginar que disfrutaba paseando por el 'Grange Park', y ver a los niños en la zona infantil, y a los jóvenes haciendo deporte en las pistas de tenis y la cancha. Cada mes de julio acudiría al Festival de Kilburn, que gratuito y en el que suele haber música en vivo, incluyendo grupos de reggae, jazz y melodías tradicionales irlandesas.

Todo eso se lo han robado a Lisa y a su hija Demmi Nicolede 18 años, que estudia en Londres, y a la que han destrozado la esperanza en un momento clave de vida, durante el que una madre es clave para entender el funcionamiento de la sociedad adulta.

Y otra madre queda en soledad, la de Lisa. Joan, que así se llama, declaró a los medios británicos desde su casa en Neasden, al noroeste de Londres, no saber "cómo ha podido suceder esto". Quién va a entender la maldad de alguien que le roba la vida a un inocente por puro egoismo, envidia, o por creer que una persona le pertenece.

"No había problemas en el matrimonio por lo que sabíamos. Ellos eran felices", intentaba encontrar una explicación a la maldad de un patético individuo, a la que no debe regalarse el beneficio de la locura.

De nada servirá encontrar una respuesta a la ira asesina, y nunca se podrá explicar la ausencia de Lisa en el parque deKilburn, ni en su festival de verano, ni en cada paso que el futuro hará recorrer a su hija. Sirvan estas líneas para honrar su memoria, aquí y las calles que pisó en el norte de Londres.

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