Ocho asesinatos de periodistas han quedado impunes este año en Colombia

  • El número de casos de asesinato de periodistas que prescribieron en Colombia sin que nadie resultara condenado asciende a ocho en lo que va de 2011 y otros dos más podrían quedar impunes "si la justicia no actúa", alertó hoy la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).

Bogotá, 14 sep.- El número de casos de asesinato de periodistas que prescribieron en Colombia sin que nadie resultara condenado asciende a ocho en lo que va de 2011 y otros dos más podrían quedar impunes "si la justicia no actúa", alertó hoy la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).

La FLIP hizo la denuncia en un comunicado después de que el caso del periodista Arsenio Hoyos, asesinado hace veinte años en el departamento del Meta (centro), prescribiera este martes sin que nadie resultara condenado, por lo que sus homicidas ya no podrán ser procesados ni sentenciados.

Hoyos era director y propietario de la emisora La Voz del Ariari, que emite desde el municipio de Granada, en el departamento del Meta, y se destacó por ser un reconocido líder cívico de la región.

La FLIP aseguró haber avisado a la Fiscalía sobre la situación del caso de Hoyos y, además, haber solicitado información sobre el estado de la investigación, sin obtener respuesta alguna.

"En el caso de Hoyos, la justicia colombiana incumplió su obligación de investigar y sancionar a los responsables durante un tiempo razonable, así como tampoco le respetó el derecho de sus familiares a conocer la verdad de los hechos", sentenció la FLIP.

Y agregó que "la impunidad es el incentivo que tienen los agresores para seguir atacando periodistas".

Según la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF), Colombia es un país de alto riesgo para los periodistas.

El país andino vive desde hace más de cuarenta años un conflicto armado entre guerrilla, paramilitares y fuerza pública que en ocasiones ha afectado a algunos informadores, quienes han sido víctimas de amenazas, extorsiones, secuestros y asesinato.

A ello hay que sumarle las agresiones de narcotraficantes y políticos corruptos, que suelen atacar a los comunicadores cuando denuncian sus actividades ilícitas.

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