Ocho muertos en choques entre el Ejército filipino y rebeldes musulmanes

  • Cinco soldados y tres insurgentes musulmanes han muerto en enfrentamientos en el sur de Filipinas, a un día de que el Gobierno y el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) reanuden las negociaciones de paz, informó hoy la prensa local.

Bangkok, 7 jul.- Cinco soldados y tres insurgentes musulmanes han muerto en enfrentamientos en el sur de Filipinas, a un día de que el Gobierno y el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) reanuden las negociaciones de paz, informó hoy la prensa local.

Dos militares murieron ayer en un tiroteo con miembros de los Combatientes Islámicos de Bangsamoro, una escisión del FMLI, en la provincia de Cotabato, en la isla de Mindanao, indicó el portavoz del Ejército, Dickson Hermoso, a la televisión GMA.

Otros tres soldados murieron horas después cuando militantes del mismo grupo hicieron estallar una bomba colocada a pie de carretera al paso de un camión militar en la vecina provincia de Maguindanao.

En un tiroteo posterior, murieron tres militantes del grupo insurgente, cuyo portavoz, Abu Misry, reivindicó los ataques en la emisora dxMS donde llamó a continuar la ofensiva hasta que las tropas gubernamentales abandonen Maguindanao.

Hermoso atribuyó los ataques a un intento de los rebeldes para hacer fracasar las negociaciones de paz que el Gobierno filipino y el FMLI retomarán mañana en Kuala Lumpur.

Ambas partes firmaron el pasado octubre un acuerdo marco de paz, después de 16 años de negociaciones, que contempla el funcionamiento en 2016 de un territorio autonómico islámico en el sur del país y que se llamará Bangsamoro (pueblo musulmán).

Los Combatientes Islámicos de Bangsamoro están liderados por Umbra Kato, un excomandante del FMLI expulsado de esta organización en 2011 por rechazar el diálogo con el Ejecutivo.

El FMLI, que renunció a la lucha por la independencia al firmar el tratado, fue fundado formalmente en 1984 y dispone de unos 12.000 combatientes.

Entre 100.000 y 150.000 personas, al menos un 20 % de ellas civiles, han muerto en cuatro décadas de conflicto separatista en el sur de Filipinas, que además ha paralizado el desarrollo de una región rica en recursos naturales y ha empobrecido a la población.

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