Ortega allana camino para reelección sin fin con poderes como los de Somoza

  • El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, abrió en 2013 el camino a la consecución de más poder y a la posibilidad de una reelección indefinida con una reforma de la Constitución ampliamente rechaza por la oposición y varios sectores sociales.

Luis Felipe Palacios

Managua, 10 dic.- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, abrió en 2013 el camino a la consecución de más poder y a la posibilidad de una reelección indefinida con una reforma de la Constitución ampliamente rechaza por la oposición y varios sectores sociales.

La propuesta de reforma es impulsada por la mayoría oficialista en el Parlamento, por lo que su aprobación, en 2014, parece imparable.

La misma permitirá a Ortega, de 68 años y que lleva casi la mitad de su vida como líder indiscutible del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ser candidato a una nueva reelección en 2016, en un proceso donde habrá un vencedor en una primera y única vuelta electoral.

"Es el pueblo el que tiene que decidir", ha dicho Ortega ante la posibilidad de presentarse a su séptima candidatura presidencial en busca de su cuarto mandato y tercero consecutivo en los próximos comicios.

Ortega, que en 2011 fue reelegido por tercera vez y segunda consecutiva para un nuevo mandato de cinco años, alegó que no se puede limitar ni coartar el derecho a los nicaragüenses "en cuanto a elegir a sus autoridades".

La propuesta de reforma constitucional elimina el artículo que prohíbe la reelección continua del presidente y limita a dos su número de mandatos, aunque, según el jefe del grupo parlamentario sandinista, Edwin Castro, esa traba ya no existe bajo el argumento de que ya fue objeto de sentencia judicial.

En un fallo de última instancia, los magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, sin presencia de jueces opositores, declararon legal una sentencia que habilitó a Ortega a aspirar a la reelección en 2011.

Los mismos magistrados declararon "inaplicable" el artículo constitucional que prohíbe la reelección continua al considerar que violaban los derechos de Ortega.

La reforma constitucional también establece que el presidente sea electo con la mayoría simple de votos en una sola vuelta, a diferencia de ahora que se prevé una segunda vuelta si el candidato no alcanza al menos el 40 % de los votos o el 35 % y supera en al menos 5 puntos al segundo más votado.

Para la Conferencia Episcopal de Nicaragua, la propuesta de reforma "está orientada a favorecer el establecimiento y perpetuación de un poder absoluto a largo plazo, ejercido por una persona o un partido de forma dinástica o por medio de una oligarquía política y económica", en alusión a Ortega y los sandinistas.

En un comunicado, el Episcopado nicaragüense señaló que lo más urgente en Nicaragua no es realizar cambios a la Carta Magna "sino purificar y rectificar la mentalidad y la práctica en relación con el ejercicio de la política".

La reforma también otorgaría mayores facultades al Ejército, que controlaría el espectro radioeléctrico y de telecomunicaciones, y sus generales podrían ocupar cargos públicos sin renunciar a su vida militar.

Para el escritor y exvicepresidente de Nicaragua Sergio Ramírez, la enmienda plantea un escenario de "indefensión" para los nicaragüenses y está dirigida a favorecer al partido en el poder, no a Nicaragua.

"El autoritarismo, con cartas marcadas, sienta a jugar a la democracia una partida amañada, y por supuesto se la gana. Nicaragua será regida por la Constitución de un partido, no de un país", advirtió en su blog Ramírez, quien fue vicepresidente del país en el periodo 1984-1990 con los sandinistas.

Los detractores de Ortega, un hombre de contadas sonrisas y eterno bigote, han retomado una frase dicha por el fallecido comandante de la revolución Tomás Borge tras el retorno de los sandinistas al poder en el 2007: "Podemos pagar cualquier precio, lo único que no podemos es perder el poder, hagamos lo que tenemos que hacer".

Ortega y los sandinistas cuentan con mayoría absoluta en el Congreso, el control de más de tres cuartas partes de los gobiernos municipales y el respaldo del Ejército y la Policía Nacional, que lo ha convertido en el mandatario con más poder en la historia política del país, igual al que tuvo la familia Somoza en el siglo pasado.

El expresidente Anastasio Somoza García se hizo con el absoluto poder político y militar que permitió sustituir al presidente electo y asesinado Juan Bautista Sacasa.

A partir de 1937, Somoza García dirigió Nicaragua con mano de hierro, reformó la Constitución para reelegirse en la presidencia, se alió con Estados Unidos, que apoyó su régimen, y otorgó cuotas de poder a la oposición tradicional conservadora.

Además de la polémica política, 2013 también estuvo marcado en Nicaragua por la concesión otorgada por hasta 100 años a la compañía china HKND Group para la construcción y administración de un canal que permita el paso de grandes buques entre el Atlántico y el Pacífico.

Los litigios fronterizos con Colombia y Costa Rica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y los movimientos sociales a favor de los jubilados también destacaron este año.

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