Orwell y "Los juegos del hambre" contra la junta militar en Tailandia

  • Las novelas de George Orwell o la trilogía de "Los juegos del hambre" sirven de inspiración a los tailandeses que protestan de manera pacífica contra el golpe de Estado ejecutado por los militares en el país.

Noel Caballero

Bangkok, 2 jun.- Las novelas de George Orwell o la trilogía de "Los juegos del hambre" sirven de inspiración a los tailandeses que protestan de manera pacífica contra el golpe de Estado ejecutado por los militares en el país.

Desde hace casi una semana pequeños grupos de no más de cinco personas, número límite para no incurrir en el delito de asamblea pública declarado por los militares con la ley marcial, se reúnen a diario para realizar lecturas del clásico "1984" de Orwell.

Estas pequeñas camarillas, conformadas en su mayoría por jóvenes universitarios, toman cada tarde durante una hora la pasarela que une las estaciones de metro elevado de Chong Nonsi con la lanzadera de autobuses homónima, en el centro de Bangkok.

"Los militares ejercen presión sobre los medios de comunicación para que no se publiquen noticias negativas sobre el golpe de Estado. Se puede comparar con la forma de actuar de 'el ministerio de la Verdad' de 1984", apunta a Efe Nithipat Kanishthanon, estudiante de derecho.

En el clásico de Orwell, este departamento se dedica a manipular o destruir los documentos históricos de todo tipo para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia mantenida por el Estado.

Desde que el jefe del Ejército de Tailandia, Prayuth Chon-ocha, tomara el control del país el pasado 22 de mayo, los militares han ejercido una férrea censura en los medios de comunicación locales e internacionales.

Canales locales con claras afiliaciones políticas, como BlueSky o Asia Network, no han retomado sus emisiones, o televisiones internacionales como BBC o CNN continúan censuradas hasta la fecha.

Este domingo un centenar de manifestantes antigolpe desplegaron un cartel en blanco y negro frente a una entrada de un centro comercial en el que aparecía el rostro de Prayuth sobre las palabras "Thailand 1984".

"El golpe de Estado es la paz. Las elecciones son la esclavitud. La Lealtad es la fuerza", rezaba con ironía el cartel.

Las autoridades, comandadas por los militares, obligaron a desalojar el recinto comercial y cerrar las puertas de los locales por varias horas ante el desconcierto de los turistas allí presentes.

"No entiendo cómo pueden imponer que se desocupe todo un centro comercial por la manifestación pacífica de unas pocas personas", aseguraba Andrea Dolino, turista italiano quien llegó hace tres días a Bangkok por vacaciones, a la salida del centro.

Durante estas protestas varias personas comenzaron a alzar el brazo y la mano con tres dedos hacia arriba, en un gesto similar a las películas inspiradas en los libros de la serie "Los juegos del hambre", de Suzanne Collins.

En las novelas, la señal es una muestra de respeto a los fallecidos y un signo de solidaridad entre la gente común.

Al igual que en la ficción escrita por Collins, las autoridades comenzaron a reprimir a las personas que realizaban dicho gesto.

Una mujer que presuntamente hizo este saludo fue arrestada por policías que se encontraban encubiertos entre los manifestantes, según informó el diario "Bangkok Post".

Como pudo observar Efe, varios agentes de la policía secreta también siguieron a dos tailandesas que habían reproducido el gesto frente a la prensa, aunque estas no fueron llevadas a dependencias policiales.

Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe de Estado incruento que depuso al Gobierno de Thaksin Shinawatra en 2006.

Desde entonces, los detractores y seguidores de Thaksin han salido a las calles para derribar al Ejecutivo de turno.

La intervención de Prayuth se produjo después de meses de manifestaciones contra el Gobierno de Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin, que causaron 28 muertos y más de 800 heridos.

Los militares tailandeses han protagonizado 19 intentonas golpistas, de las que consumaron 12 con éxito, desde el fin de la monarquía absoluta en 1932. EFE

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