París.- El Gobierno francés aseguró hoy que las protestas convocadas contra la reforma de las pensiones muestran un menor apoyo que la huelga convocada el día 12, pero advirtió de que se radicalizan y prometió vigilar el buen aprovisionamiento energético.
Poco antes del comienzo de la gran manifestación convocada en París, el ministerio del Interior aseguró que hasta el mediodía habían participado en otras en el resto del país unas 480.000 personas, cifra inferior al medio millón que admitió oficialmente en las protestas de hace una semana.
El mismo ministerio aseguró que en siete días se ha detenido a más de mil personas como presuntos responsables de actos vandálicos, muchos de ellos vinculados a protestas de estudiantes, que durante la mañana de hoy protagonizaron numerosos actos en todo el país.
En vista de la complicada situación de aprovisionamiento de combustible, el primer ministro, François Fillon, anunció que a primera hora de la tarde habrá una reunión de responsables del Gobierno para ver cómo se restablece la situación normal.
Sin embargo, Fillon reconoció que esa situación de normalidad sólo se podrá ver dentro de unos cuatro o cinco días, que es el plazo que estimó que hará falta para que los suministros de combustibles lleguen a los cientos de gasolineras que están sin existencias.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció por su parte que va a intervenir personalmente para remediar la escasez de carburante en Francia provocada por la huelga contra su propuesta de reforma de las pensiones.
En una rueda de prensa en Deauville, Sarkozy dijo comprender "la inquietud" que ha generado esa reforma, insistió en que la oposición tiene derecho a manifestarse "sin violencia" y reiteró que no dará marcha atrás porque el déficit actual del sistema de pensiones "no puede durar".
"El mayor desvío sería no cumplir con mi deber", subrayó Sarkozy al ser preguntado por la prensa al término de una cumbre en Deauville (noroeste de Francia) con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Dmitri Medvédev, sobre si no temía una radicalización de los opositores al retraso en dos años de la edad de jubilación.
El presidente francés señaló que a su vuelta a París esta tarde se ocupará de resolver la cuestión de que "hay gente que quiere trabajar" y "no puede estar privada de combustible".
Sobre las pensiones, insistió en que "había reflexionado mucho" antes de iniciar una reforma que "no podía retrasarse más" teniendo en cuenta que ya actualmente una de cada diez pensiones se tiene que financiar con deuda, ya que las cotizaciones de los trabajadores no son suficientes.
Durante la tarde también se espera conocer las cifras de asistentes a las manifestaciones, que los sindicatos situaron por encima de los tres millones de personas tanto en la convocatoria del día 12 como en la del pasado sábado, más de tres veces más de la participación admitida por las autoridades.
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