Pasar sin documentación de Centroamérica a México cuesta 48 euros... ante la policía

  • México es la zona de paso para miles de migrantes de Centroamérica en busca de una vida mejor en Estados Unidos. Pero llegar hasta aquí no es tan fácil. La Unidad Investigativa de El Heraldo, en colaboración especial con lainformacion.com, viaja a la frontera Guatemala- México y desvela los tejemanejes de un paso que cada día cruzan mil migrantes centroamericanos, negociaciones con los agentes fronterizos incluidas.
Paso de Guatemala a México en balsa por el río Suchiate (Elheraldo.hn)
Paso de Guatemala a México en balsa por el río Suchiate (Elheraldo.hn)
Elheraldo.hn para lainformacion.com
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Desde la línea fronteriza entre Tecún Umán, San Marcos (Guatemala) y Ciudad Hidalgo, Chiapas (México) en adelante la vida del migrante se vuelve en un bien preciado del que todos quieren apropiarse para sacar el mejor provecho, no importa cómo.

El equipo periodístico del periódico hondureño El Heraldo cruzó la temida frontera hacia Ciudad Hidalgo, donde se dice que el grupo de Los Zeta “están esperando a los migrantes para secuestrarlos”.Ante esta tremenda advertencia, el equipo prefirió pagar el valor total de una de las balsas artesanales que cruzan el río.

En la zona, estas balsas son conocidas como “cámaras”, pero no son más que dos neumáticos de tractor llenos de aire, amarrados a cinco tablas de madera que sirven de suelo para cargar personas o mercadería.

Se pagó 100 quetzales (9,7 euros) por cruzar en las denominadas balsas. El recorrido por el río Suchiate lleva unos diez minutos, el mismo tiempo que puede tomar desde la terminal de buses de Tecún Umán hasta el río.

En el trayecto, “Alex”, un joven de unos 21 años, quien dirigía con una vara la dirección de la balsa, le informaba al equipo sobre el paso “mojado” para México.“Son casi mil personas a diario las que cruzan este río y como no es tan profundo (unos siete metros) pues no se han dado muchas muertes”, comenta. Justo a la orilla del río se ha construido un monumento con una gran cruz de hierro en el centro, en memoria de los migrantes que han perdido la vida, cruzando sus aguas.

Según “Alex”, la mayoría de las personas que hacen uso de las “cámaras”, son los migrantes que van con destino a Estados Unidos y como tienen la ventaja que el trayecto es corto, pues lo hacen a plena luz del día.

Al otro lado del río, todas las caras resultan sospechosas.Tecún Umán, es una urbe que está a 250 kilómetros de la ciudad de Guatemala. Las drogas y el crimen organizado tienen impregnado su olor por todas las calles y al otro lado del río, pero lo que se logra percibir en el lado mexicano, hace que Tecún Umám se vea como un campamento de montaña.

En Ciudad Hidalgo, la prostitución, la explotación laboral y el tráfico de migrantes son negocios más visibles y el peligro, más latente. Tecún Umán es solo un aperitivo, mientras que Ciudad Hidalgo, al igual que todo el territorio mexicano, es el “plato fuerte”.A pesar de que esta ha sido declarada una ruta migratoria “quemada” aún se puede observar cómo cientos de migrantes cruzan hacia el otro lado para comenzar el tramo más peligroso antes de llegar a Estados Unidos.

Por tierra es más caro

Desde el lugar de embarque y desembarque de las “cámaras” se puede observar el puente que une a México con Guatemala.Por ese puente pasaba hasta 2005 la línea del tren, que era usada por miles de migrantes para movilizarse hacia territorio azteca.

Pero ese año, el huracán Stan destruyó parte de la infraestructura del tren, por lo que no siguió funcionando, razón por la que esa ruta migratoria perdió gran parte de su atractivo para los que desean llegar a Estados Unidos.

El equipo de investigación intentó también cruzar la frontera de manera legal.Apenas se llegó a la tranca, un agente de migración de Guatemala, un hombre fornido, de tez trigueña y de unos 1,70 metros de altura, que portaba una gorra y una camiseta azul oscuro tipo polo, hizo parar al automóvil.

-Hacia dónde se dirigen ciudadanos, preguntó.

- Allí no más, a Ciudad Hidalgo.

- Bueno, necesitan pasaporte vigente y visa mexicana. Pasen hasta las casetas migratorias, dijo, al tiempo que señalaba el camino con la mano.

- Pero, es que uno de nosotros no tiene visa, se le dijo.

- ¡¡¡Ah!!! Eso no importa. Pasen, pasen, acá se lo resolvemos.

- Cuánto nos costaría.

- 500 [quetzales] no más, dijo (unos 48,5 euros).

- ¿Y si fueran dos los que no tienen visa?, le preguntamos.

- Pues tienen que ser 500 cada uno, pero pasen, allá nos arreglamos, repetía incitando al equipo a pasar a la caseta.

Su ofrecimiento es por conseguir a todo el equipo periodístico un permiso de 72 horas para permanecer en territorio azteca. (Y eso que el visado mexicano es gratuito y el propio Consulado de México en Guatemala así lo advierte en su página web).  “Del otro lado ya está todo arreglado, no se preocupen por eso, me pagan cuando ya estén del otro lado”, dijo con tanta seguridad que convencía a cualquiera.

Estando del otro lado no hay nada que obligue a retornar por el camino que se llegó, pero por el alto coste que suponen los 48,5 euros en este lugar del mundo, muy pocos migrantes optan por ese servicio. Prefieren pagar 10 quetzales para cruzar por el río Suchiate. El salario mínimo en Honduras en las ciudades es de 5,500 lempiras (unos 225 euros) y en el área rural, que es desde donde más emigran los hondureños, 3,428 (140 euros).

De Ciudad Hidalgo la localidad que sigue en la ruta del migrante es Arriaga, Chiapas, donde está la estación del tren. Para llegar a esa localidad son unas siete u ocho horas de distancia. Desde allí el viaje hacia la frontera con Estados Unidos dura hasta siete días.

El destino de los migrantes hondureños y centroamericanos

De acuerdo con estimaciones del Foro Nacional para las Migraciones en Honduras (Fonamih) unos cien mil hondureños al año emprenden el camino hacia Estados Unidos.De esos, solo un 17 por ciento logra su cometido de ingresar de manera irregular a la nación de destino. La Comisión Nacional del Migrante de Guatemala (Conamigua) mantiene en sus estadísticas que son mil centroamericanos a diario los que utilizan Guatemala como país de tránsito hacia el norte.

La Red de Familiares de Hondureños Migrantes Desaparecidos, revelan que tiene denuncias de que unos 800 hondureños al año desaparecen en el camino.

El Fonamih estima que un 70 por ciento de los migrantes hondureños que abandona el país cada año, son deportados.Una bajo porcentaje se queda residiendo en los países de tránsito como México y Guatemala, mientras que otro porcentaje aún no determinado se registra como desaparecido.

Se estima que entre un 6 y 8 por ciento de las personas que van en ruta hacia Estados Unidos pierden contacto con sus familiares. Es decir: no son deportados, tampoco llegan a la nación estadounidense ni se quedan a vivir en los países en tránsito. Se cree que fallecen o que son secuestrados y explotados sexualmente en cualquiera de esos países.

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