Payet, la estrella cuyo brillo no debe ocultar el agujero negro de Francia

Una actuación colosal coronada con un zapatazo que dio la primera victoria a Francia ante Rumanía el viernes (2-1), ha convertido a Dimitri Payet en la primera estrella de la Eurocopa, aunque su no debería ocultar los problemas de juego de los anfitriones.

Su gol por la escuadra en el minuto 89 y sus lágrimas de emoción al ser sustituido un minuto después, recibiendo una gran ovación de los 80.000 espectadores que llenaron el Stade de France, son dos imágenes que dieron la vuelta a todo el mundo y que formarán parte ya de la Eurocopa de Francia.

Hace justo un año, el jugador del West Ham parecía perdido para los Bleus, cuando Francia sufrió una humillante derrota ante Albania en Elbasán (1-0) el 13 de junio de 2015 y Payet fue uno de los 'señalados' por su falta de implicación.

Justo 12 de meses después de aquel episodio, Payet es el nuevo líder de una Francia que el miércoles jugará... contra Albania.

"Si me llegan a decir hace un año que estaría aquí, con este escenario, creo que os hubiera dicho: ¡Estáis locos!", dijo a los periodistas en conferencia de prensa nada más ser elegido el mejor jugador del partido inaugural.

Su gol inundó de alegría un país necesitado de noticias positivas y despertó la admiración de todo el planeta fútbol: "Payet ha demostrado a todos que es de esos jugadores que cambian un partido en un gran torneo...", tuiteó la leyenda del Manchester United Rio Ferdinand.

"Voy a conservarlo en hielo para que no le pase nada antes de los dos próximos partidos", bromeó el seleccionador francés Didier Deschamps, admitiendo la importancia del centrocampista en el juego actual de su equipo, pese a que dejó de entrar en sus planes tras la derrota en Albania y sólo su buena actuación en dos amistosos en marzo, contra Holanda y Rusia, le convenció de incluirle en la lista de los 23 para la Eurocopa.

La luz radiante de la estrella Payet no debería, sin embargo, cegar la visión de los hinchas Bleus, ni esconder el mal juego de Francia en el partido inaugural, sobre todo en defensa, donde por momentos pareció un auténtico agujero negro.

Adil Rami y Laurent Koscielny volvieron a demostrar que aún les queda mucho para ser una pareja de centrales solvente, sobre todo el defensor del Sevilla, que cada vez que tocó el balón, los espectadores del Stade de France se echaban a temblar.

Y un hombre curtido como Patrice Evra, con 35 años y más de 70 partidos como internacional, cometió un penal por un derribo absurdo a un rival que a punto estuvo de costarle la victoria a los anfitriones.

Pero el problema para Deschamps no es solo que su equipo mostró las mismas debilidades ante Rumanía (que tuvo las dos mejores ocasiones de gol del partido) que en los últimos amistosos, sino que los Bleus tampoco se mostraron especialmente acertados a la hora de crear juego.

La gran estrella Paul Pogba se hartó de perder balones porque casi siempre intentó la jugada individual en lugar de combinar y Blaise Matuidi, el otro volante, no comenzó a aparecer hasta la hora de juego.

Solo el novato N'Golo Kanté se salvó de la quema, ya que fue el más destacado junto a Payet, multiplicándose en defensa para tapar huecos y siendo el encargado de sacar el balón jugado desde la defensa.

La poca creatividad francesa provocó que el delantero Antoine Griezmann estuviese completamente desasistido y al otro atacante, Olivier Giroud, se le vio algo más por su lucha contra los centrales rumanos.

Parecen pocos argumentos para que Francia aspire a un título continental, a no ser que el equipo crezca siguiendo la luz de Payet.

bur/mcd/gv

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