¿Pedro Sánchez es Pablo Iglesias? El moderador no moderó

    • Su argumentario, fue totalmente demagógico a base de no reconocer cómo quedó el país después de la presidencia de Rodriguez Zapatero y achacar todos los males actuales al Presidente.
    • El debate económico dejo sólo dos afirmaciones: que el PSOE derogará la Reforma Laboral y que el PP quiere crear dos millones de puestos de trabajo.

     

Pedro Sánchez se equivocó de contrincante. Se dedicó a atacar a Mariano Rajoy de tal manera que parecía Pablo Iglesias. Su argumentario, fue totalmente demagógico a base de no reconocer cómo quedó el país después de la presidencia de Rodriguez Zapatero y achacar todos los males actuales al Presidente, era más propio del líder de Podemos que de un socialdemócrata europeo. El debate económico dejo sólo dos afirmaciones: que el PSOE derogará la Reforma Laboral y que el PP quiere crear dos millones de puestos de trabajo. El argumento de Sánchez fue principalmente la corrupción del PP. Esa era el punto débil del Presidente y lo fue en el debate. Ahí Sánchez había mordido en un buen hueso, pero la firmeza de Rajoy le puso contra las cuerdas. La discusión se derivó a temas de verdad "miserables", como dijo el propio Presidente, el nivel de la discusión bajó a niveles barriobajeros. El debate se hizo bronco. Sobre todo porque los dos partidos han tenido sus temas. El tema de la corrupción se alargó demasiado. Al moderador se le fue de la mano. No hubo debate. Más bien un discurso entre sordos. En la siguiente parte hubo un momento de acuerdo sobre ayuntamientos y diputaciones. Ninguno de los dos quiere que desaparezcan. Pero enseguida la bronca volvió a la mesa porque Sánchez se pasó al ataque con afirmaciones que decían que el déficit público crecía, cuando Rajoy le dijo que era una mentira. Respecto a Cataluña ni inmobilismo ni rupturismo eran el eslogan de Sánchez. Mientras que Rajoy reivindicaba a España como nación grande. Y con eso se llegó al terreno fácil que fue la Política Internacional. Pero aquí también el aspirante se dedicó a atacar al Presidente y perdió la oportunidad de dar la impresión de que puede ser un Hombre de Estado. En ese momento Sanchéz se dirigió a los emigrantes y a los inmigrantes para pedir su voto. Es ahí donde reconoció el único error que tuvo el Gobierno de  los socialistas: el voto reglado en el extranjero. Luego se atribuyó el Pacto contra el Yihadismo y reivindicó la relación con la comunidad musulmana. Algo en que Rajoy estuvo de acuerdo. En resumen, Pedro Sánchez se situó en la posición de Pablo Iglesias, probablemente porque piensa que sus votos se le escapan ahora por la izquierda y, a lo mejor, o a lo peor, es verdad ¿Y el  Presidente? Frente a la demagogia se defendió como pudo. Al final desplegó con acierto lo que podía hacer España en el extranjero. La última intervención por parte de Sánchez fue igual: atacar al Gobierno, prometió y prometió mejorar todo y, además, dijo que el PSOE lo había hecho antes (eso fue un error). La de Rajoy fue pedir la perseverancia en los esfuerzos, halagó a España y se declaró optimista para su futuro. ¿Ganó alguno? Nadie lo sabe. En términos pugilísticos se le fue la mano al aspirante en la tanda de golpes, tanto que el campeón se escapó ileso por exceso del primero.

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