Las propuestas de los partidos para la reforma constitucional están alejadas del pueblo

  • Rabat.- Las propuestas de los partidos políticos marroquíes para la reforma constitucional anunciada en este país se alejan de las reivindicaciones de la calle, según expertos y analistas, que las consideran un indicio de poca valentía política.

Periodistas marroquíes luchan por la libertad de prensa a través de internet
Periodistas marroquíes luchan por la libertad de prensa a través de internet

Rabat.- Las propuestas de los partidos políticos marroquíes para la reforma constitucional anunciada en este país se alejan de las reivindicaciones de la calle, según expertos y analistas, que las consideran un indicio de poca valentía política.

En los informes que presentaron ante la Comisión Consultiva sobre la Reforma Constitucional (CCRC), la mayoría de los partidos no han ido más allá de las grandes líneas que determinó el rey Mohamed VI en su discurso del pasado 9 de marzo en el que anunció una reforma global de la Constitución.

La CCRC, designada personalmente por el rey y encabezada por el profesor Abdelatif Menuni, está encargada de redactar las enmiendas constitucionales tras debatirlas con los diferentes sectores de la sociedad (los partidos pudieron presentar hasta esta semana sus propuestas de reforma) y deberá entregar sus trabajos en junio.

Formaciones como el gobernante Istiqlal (conservador) o el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado por el amigo del rey Fuad Ali el Hima) propusieron, al igual que la mayoría de partidos, que el primer ministro se convierta en "presidente de un poder ejecutivo efectivo", tal como subrayó el monarca en su alocución.

Entre las nuevas ideas que lanzaron algunos partidos, como el PAM o los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), figuran determinar las competencias políticas del rey como jefe de Estado y limitar su papel espiritual, exclusivamente, a la gestión de los asuntos religiosos.

El artículo 19 de la Carta Magna, considerado el garante de los poderes monárquicos del "comendador de los creyentes" (líder de los musulmanes marroquíes), es uno de los más discutidos por los analistas, que en algunos casos consideran que otorga al monarca Mohamed VI competencias ilimitadas.

La gran mayoría de partidos políticos han defendido que el rey mantenga el control sobre el poder ejecutivo como árbitro entre los grupos políticos y las instituciones constitucionales, y como "válvula de seguridad" en el caso de crisis políticas.

Para el escritor y militante bereber Ahmed Asid, la poca osadía política que han mostrado los partidos en sus propuestas se debe a que éstos "buscan su fuerza a través de su cercanía al régimen y no a las masas; eso les ha hecho perder toda su credibilidad en la calle".

El Movimiento 20 de Febrero, que protagonizó movilizaciones masivas en las ciudades marroquíes los días 20 de febrero y 20 de marzo para reclamar reformas políticas, ha rechazado en un comunicado la invitación para reunirse con la CCRC y ha anunciado que saldrá mañana para protestar ante el Parlamento en Rabat.

Jalal el Majfi, activista de este movimiento, dijo a Efe que los jóvenes insisten en que se atribuya la reforma constitucional a "una comisión democrática que represente la voluntad del pueblo y no a un comité cuyos miembros han sido nombrados por el rey".

Agregó que su movimiento considera que la mayoría de las propuestas de los partidos políticos son "débiles" porque no han reivindicado "una monarquía parlamentaria", que es una de las principales reclamaciones de los jóvenes.

El politólogo Abdelatif Hosni dijo a Efe que "los jóvenes estaban esperando una respuesta política y no técnica" y agregó que el Movimiento 20 de Febrero reclamó "una nueva constitución y no reformas constitucionales".

Hosni, director de la revista de estudios políticos y sociológicos "Wijhat Nadar" (Punto de Vista), explicó que una verdadera constitución requiere un nuevo pacto en que participen en pie de igualdad todas las fuerzas vivas del país, incluida la monarquía, para garantizar la transición democrática que desean los jóvenes.

Añadió que "el régimen, relativamente, ha llevado el debate sobre un cambio democrático profundo a un campo técnico de reforma parcial de la constitución en el que participan los actuales partidos políticos, que han perdido toda credibilidad".

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