Pink Floyd se cuela en la protesta salarial de los "camaradas" gendarmes

  • La protesta de agentes de las fuerzas de seguridad argentinas en demanda de mejoras salariales entró hoy en su cuarto día con estampas tan variopintas como mensajes entre los "camaradas" gendarmes, consignas de izquierda y temas de Pink Floyd para entretener la espera entre "mate y mate".

Mar Marín

Buenos Aires, 5 oct.- La protesta de agentes de las fuerzas de seguridad argentinas en demanda de mejoras salariales entró hoy en su cuarto día con estampas tan variopintas como mensajes entre los "camaradas" gendarmes, consignas de izquierda y temas de Pink Floyd para entretener la espera entre "mate y mate".

El Gobierno de Cristina Fernández volvió a convocar a una delegación de los agentes para trata de buscar una salida al conflicto, el primero de este tipo en Argentina, mientras se desinfla la movilización frente a las sedes de Gendarmería y Prefectura (Guardacostas) en Buenos Aires, donde hoy apenas se mantenían unas decenas de efectivos.

No obstante, Raúl Mazza, portavoz de los acampados, asegura que continuarán con la protesta en la calle, donde en estos días se han escuchado de boca de los agentes vestidos de verde olivo lemas inspirados en consignas izquierdistas, como "la fuerza unida, jamás será vencida" o "el sueldo no se toca", y hasta éxitos de Pink Floyd.

La sombra del grupo británico se coló en la protesta que mantienen los efectivos en la provincia de Córdoba, donde la banda de música de Gendarmería sorprendió a propios y extraños el jueves con la interpretación de "Money" (dinero) para acompañar el reclamo salarial.

Según el diario Clarín, estos músicos ya tienen experiencia en este tipo de sorpresas porque se hicieron famosos en la provincia durante los actos por el Bicentenario, en 2010, cuando improvisaron sin libreto versiones de éxitos como la "Macarena" (Los del Río) o "Thriller" (Michael Jackson).

Por primera vez, Gendarmería y Prefectura, los dos cuerpos más importantes de las fuerzas de seguridad argentinas, se han unido para reclamar una revisión de sus condiciones laborales y exigir un sueldo mínimo de 7.000 pesos (unos 1.100 euros) en "blanco", es decir, en nómina.

Además, piden garantías de que no habrá represalias para los promotores de la protesta, que comenzó el martes en respuesta a una reordenación salarial que suponía recortes del 30 al 60 %.

Los reclamos salariales de gendarmes y prefectos suponen un presupuesto extra de 3.000 a 4.000 millones de pesos (entre 600 y 800 millones de dólares) al año, según estimaciones de medios locales.

Ante estas cifras, no es de extrañar que el Gobierno haya pedido hasta el próximo martes -una vez que pase el fin de semana y del festivo nacional del lunes- para responder a las demandas.

Un planteamiento que no ha satisfecho a buena parte de los efectivos, que han aprovechado la protesta para destapar viejas reivindicaciones, desde la inclusión en nómina de todos los conceptos de sus salarios hasta mejoras en las prestaciones sanitarias, en las ayudas de vivienda y en las condiciones generales de trabajo.

"Mantendremos el reclamo y esperaremos a que vuelvan de la jornada larga de vacaciones los que manejan el Ministerio de Seguridad", dijo hoy a Efe Óscar Gaona, un gendarme retirado que ha participado en la protesta desde su inicio.

"Ellos quieren llevar a un desgaste a los gendarmes para que se cansen y se vayan, pero van a permanecer ahí y las familias van a venir a capital solidariamente y se va a hacer una caja solidaria, el gendarme está acostumbrado a este tipo de compartir", insistió.

Gaona denunció que en los últimos días "las amenazas son normales, es el común denominador" para intentar frenar la protesta, en especial, añadió, en el interior del país.

Mientras aguardan el desenlace de las negociaciones con el Gobierno, decenas de efectivos acampados frente a las sedes de Gendarmería y Prefectura en Buenos Aires se aprovisionan de "mate", la infusión típica del Río de la Plata, para calentarse durante la jornada y se preparan para aguantar el largo fin de semana porque, como dijo hoy Raúl Mazza, "el gendarme vive así, aguantando".

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