Pocas certezas y muchas dudas en la "crisis de los pepinos"

  • Alemania asegura que el brote mortal de E.coli que afecta a Europa tiene su origen en hortalizas españolas. El asunto está en dónde y cómo se han contaminado, lo cual a su vez determinará a quién corresponde asumir las culpas. El problema, y sus derivaciones económicas, políticas y sanitarias, crecen como una bola de nieve mientras los dos países se acusan mutuamente.
Unió de Pagesos asegura que el consumo de pepinos locales está plenamente garantizado
Unió de Pagesos asegura que el consumo de pepinos locales está plenamente garantizado
L.P.

En la "crisis de los pepinos" hay, de momento, pocas certezas y muchas dudas. Las certezas empiezan por el lado más dramático y evidente: los 16 muertos, más de 300 enfermos graves y miles de afectados que ha provocado hasta ahora un brote de una peligrosa variante de la bacteria E.coli detectado en Alemania. A partir de allí, el terreno se vuelve pantanoso y envuelto en una niebla de intereses económicos, precipitación, rumores y cruces de acusaciones entre ese país y España, al que acusa como origen del desastre.

Todo parece indicar que la intoxicación se produjo a través de alimentos comercializados en el mercado central de Hamburgo. Las autoridades de esa región del noroeste alemán además aseguran que se debe a unos pepinos de procedencia española en los que se ha comprobado la presencia de la bacteria. Así surge, han dicho, de los análisis realizados a cuatro pepinos escogidos de forma aleatoria, tres de ellos de Andalucía y uno de Holanda.

La Escherichia coli o E. coli es una bacteria que se suele encontrar en los intestinos de los animales rumiantes y las personas. Habitualmente es inocua, pero tiene algunas variantes graves, como la que ha producido este brote, que causan diarreas sangrantes (síndrome urémico hemolítico, SUH) y pueden llegar a afectar al riñón y al sistema nervioso central.

De ser así, lo que aún no se sabe, y resulta clave en este asunto, es dónde y cómo se contaminaron los pepinos españoles. Esto determinará a su vez a quién corresponde asumir la responsabilidad de un probable fallo en los controles de seguridad alimentaria y, por tanto, de esta crisis sanitaria internacional que por el momento solo están pagando los agricultores y comerciantes.

Todos los enfermos viven o han estado recientemente en Alemania, por lo que muchas fuentes apuntan a algún error en el origen restringido únicamente a la manipulación de los lotes exportados a ese país o a un fallo en la cadena de transporte, almacenamiento y manipulación en destino que pudiera haber puesto en contacto a las hortalizas con la bacteria.

Mientras desde Alemania se ha aludido a una fertilización de los cultivos con heces animales o a su regado con aguas fecales, en España se dio a conocer la versión que sostiene que un palé con pepinos podría haberse caído al suelo en el mercado de Hamburgo o dentro de un camión donde previamente se trasladó ganado, algo que la senadora de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer- Storcks, descartó de forma tajante.

Las contradicciones en este tema son tantas que incluso alguna persona afectada, como la atleta española Elena Espeso, asegura no haber comido pepinos durante su estancia en Alemania.

Para España, principal exportador de pepinos del mundo, lo único cierto es que Alemania se apresuró en señalar culpables. Hay que esperar a los resultados de nuevos estudios encargados tanto allí como en las huertas andaluzas, donde los agricultores aseguran que sus hortalizas están "limpias" mientras contabilizan las pérdidas generadas por el temor incontenible de los mercados y los consumidores.

La Junta de Andalucía ha paralizado la comercialización de los lotes señalados como medida de precaución. Y el Gobierno español ha presentado una queja ante la Unión Europea y Alemania por cómo se ha llevado adelante este delicado tema y por su difusión pública inmediata en lugar de activarse los protocolos con que cuenta la UE para este tipo de alertas sanitarias.

La ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Rosa Aguilar, ha ido más allá y ha dicho que el Gobierno "no está dispuesto a consentir" el daño a la imagen de España y al sector productor y que pedirá un resarcimiento por los perjuicios producidos.

Aguilar también ha dejado caer otro dato clave: la cepa vigente "nunca se ha dado en España". "Se habla de productos españoles y holandeses, con un lugar común, que es Alemania", ha recalcado.

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