Podemos debate sus pactos con la línea roja del referéndum

    • El partido de Iglesias condiciona el apoyo al PSOE a la estrategia de mantener la alianza con Colau.

Si el pasado año fue intenso en Podemos, el que se presenta se abre ya con una cita de peso. La reunión, el domingo, del Consejo Ciudadano estatal que habrá de debatir la política de apoyos en el convulso escenario que ha dejado el 20-D.

La convocatoria reviste de un marcado carácter estratégico para los de Iglesias y viene determinada por una clara línea roja, a día de hoy infranqueable. La promesa de convocar un referéndum en Cataluña que el propio secretario general defendió con firmeza en campaña. La propuesta, inicialmente no incluida en el programa, acabó por convertirse en el principal enganche electoral en la comunidad, donde la fuerza del partido pilota esencialmente en torno a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

El indudable éxito de Podemos en las pasadas elecciones-69 diputados- tiene al mismo tiempo una lectura táctica, y que condiciona los futuros movimientos. De esos escaños, 27 pertenecen a las confluencias territoriales tejidas por el partido en regiones clave, como Galicia, Comunidad Valenciana y Cataluña. El empuje de esas coaliciones ha tenido un papel indiscutible en ese resultado, pero coloca al partido en una encrucijada sobre sus próximos pasos. De esos escaños, sólo siete están ocupados por personas ligadas orgánicamente al partido.

Con Colau las relaciones son más que fluidas-la alcaldesa participó en los principales actos de campaña, en Madrid- aunque orbitan esencialmente en torno a la celebración de ese referéndum soberanista. La coalición de Podemos en Cataluña, En Comú Podem, ya ha advertido de que bloqueará cualquier pacto de investidura con el PSOE que no recoja explícitamente esa convocatoria, para la que Iglesias puso incluso una fecha en campaña: un año vista. Consideran, incluso, que esa promesa se ha de situar al mismo nivel que las medidas de la agenda social que Iglesias ha colocado como prioridad número uno. Una sensación compartida por las otras dos confluencias- la gallega En Marea o la valenciana Compromís-Podem. Las tres figurarán como grupo propio en el Congreso.

El referéndum enfría al mismo tiempo cualquier negociación con el PSOE, sumido en una delicadísima situación interna. Con los barones en contra, Sánchez tiene los pies atados para asumir esa condición y hacer cuadrar la aritmética para desalojar a Rajoy de La Moncloa y formar un "gobierno de izquierdas". Colau, clave para nuevas citas electorales

La posibilidad seduce a Iglesias, pero no tanto como para hacerle olvidar la estrategia. En Podemos se juega a favor con dos factores: por un lado, de una hipotética convocatoria electoral saldrían beneficiados, al igual que, previsiblemente, lo haría el PP, lo que les permitiría ganar una nueva fuerza para negociar mientras los socialistas sufren un nuevo batacazo. Por otro, en esos nuevos comicios la figura de Colau sería de nuevo clave. Prescindir de la regidora supondría reavivar el fantasma de las pasadas elecciones catalanas del 27-S que, sin ella, acabaron en fiasco. La alcaldesa es también clave si, en el incierto panorama electoral en Cataluña,- la CUP decide también este próximo domingo si acaba facilitando la investidura de Mas-se anticipan unos nuevos comicios.

El partido trata de evitar al mismo tiempo que se les califique de irresponsables por supeditar a una condición la estabilidad del futuro gobierno. Por ello, Iglesias insiste en su disposición al diálogo, a día de hoy, una propuesta con más factores en contra que a favor del entendimiento.

El secretario general ha mantenido desde el 20-D distintas conversaciones con los líderes de otros partidos, sin acuerdos. Tras dos horas de reunión con Rajoy en Moncloa aseguró no coincidir en nada respecto al futuro de España. Con Sánchez sí coincidió en agenda social, en especial en lo relativo a desahucios o medidas para acabar con la desigualdad, pero el escollo es uno, el referéndu, Para Podemos, así se lo trasladó Iglesias, es "esencial entender la plurinacional de España y la necesidad de nuevos encajes territoriales". La postura de los socialista pasa por una reforma constitucional que contemple "el derecho a decidir de todos los españoles".

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