Podemos Euskadi queda descabezada por los desacuerdos con la dirección

El secretario general de Podemos Euskadi, Roberto Uriarte, y otros 19 miembros de la Dirección de la formación en el País Vasco han presentado este domingo su dimisión y han denunciado la "política aparatera" del partido. De esta forma, solo quedarían en el Consejo Ciudadano de la formación en la Comunidad Autónoma Vasca seis personas y se desconoce si en las próximas horas alguna más presentará su renuncia.

La dimisión viene fundamentalmente motivada por los desacuerdos con la dirección nacional, apuntillados tras el rechazo de Madrid a aceptar los cambios en las listas para el 20-D. Uriarte proponía, por ejemplo, que Juan López de Uralde, portavoz de Equo-socio de Podemos para las generales-pasase de ser cabeza de lista por Álava, a encabezar la candidatura de Vizcaya. Finalmente se impuso el criterio de la dirección. La cuestión viene a ser, no obstante, la puntilla a una situación de amplio disenso entre las direcciones.Falta de confianza

En rueda de prensa, este mediodía, el ya dimitido líder vasco ha criticado el centralismo de dirección estatal que, a su juicio, ha hecho del lema 'el asalto al poder' su base de actuación, y que ha demostrado "una falta de confianza" en los dirigentes territoriales, aunque ha anunciado que "seguirán luchando en las calles por los objetivos de Podemos".

Las críticas han sido especialmente duras hacia la secretaría de Organización. Uriarte ha exculpado de las dimisiones al propio líder, Pablo Iglesias o a Juan Carlos Monedero, exnúmero tres del partido e ideólgoo de la formación, a quienes ha trasladado su apoyo incondicional.

"No responsabilizamos de lo que ha sucedido a Pablo Iglesias, hicimos nuestro y seguimos apoyando su proyecto de cambio. También Pablo como Juan Carlos están sufriendo las consecuencias de esta lamentable situación", dijo en su ácida despedida. "El origen del conflicto está en la secretaría de Organización que actúa como los aparatos de los viejos partidos. Nosotros seguimos creyendo en una política diferente y en una manera de hacer política diferente". Después, en palabras del propio Monedero, dimitido el pasado junio por desacuerdos con la gestión vertical del partido, concluyó: "Hay generales mediocres en Podemos".

La misma crítica ha compartido Uriarte, para quien el "asalto al poder desde una posición centralizada" se ha convertido en "la razón que deja todo lo demás en un segundo plano". Especialmente molesto se ha mostrado con el creciente desapego entre las direcciones territoriales y la nacional. En este sentido, ha destacado los desacuerdos en cuestiones propias, como la pacificación o la convivencia en Euskadi, sobre los que la dirección impuso su postura. "Han minado la autoridad ganada con los votos", ha reprochado Uriarte, también en desacuerdo con el modelo de primarias por listas plancha y circunscripción única, ya muy polémico en el partido.

Las bajas llegan en un momento especialmente delicado para la formación morada, con las encuestas a la baja.La sección vasca de Podemos es una de las más sensibles de la formación por las diferencias entre las distintas sensibilidades. La de Uriarte no es de hecho la primera baja de calado. Ya en abril la marcha de Iratxe Osinaga, número dos del partido, visibilizó las notables diferencias internas. Osinaga, candidata que había rivalizado con Uriarte por la dirección, justificó su marcha en los desacuerdos con el programa que en aquel momento elaboraba el partido en Euskadi para las elecciones del 24-M. Poco antes, Hannot Sansinea, dirigente de Podemos en San Sebastián, había renunciado argumentando razones "estrictamente personales" debido a la imposibilidad de compatibilizar su vida política con la laboral.Acercamiento de presos y "derecho de autodeterminación"

El proyecto defendido por Robert Uriarte en la candidatura Euskal Hiria, con la que logró la secretaría general, no escondía su controvertido posionamiento en cuestiones como la política antiterrorista.

Así, se denunciaba, por ejemplo, que en el marco excepcional de la violencia terrorista en el País Vasco, hayan tenido cabida algunas medidas enmarcadas "en la llamada guerra contra el terrorismo". Esto es, "el uso excesivo de la prisión provisional, las limitaciones en el acceso a permisos, clasificación penitenciaria en tercer grado y libertad condicional, la aplicación retroactiva de interpretaciones de la ley restrictivas de derechos, la misma calificación como terroristas de opiniones vertidas en medios de comunicación, las medidas dirigidas contra el "entorno social del terrorismo" que han pretendido criminalizar formas pacíficas de disidencia".

Entre sus propuestas estaba el acercamiento de presos, necesario, consideraban para "minimizar el efecto negativo" de la privación de libertad de los etarras sobre sus posibilidades de socialización y sus familiares y amigos "que no son justificables de ningún modo", que la Auciencia Nacional dejase de ser competente para investigar y juzgar los casos de terrorismo, las excarcelaciones en caso de terroristas con enfermedades graves e incurables, "sin exigir para ello, porque no lo exige la ley, que el desenlace de esa enfermedad sea más o menos inminente" o una clasificación penitenciaria individualizada de cada uno de los presos de acuerdo "a sus posibilidades de llevar una vida en libertad sin delinquir, de manera que puedan acceder a un régimen de vida que resulte más indicado, en cada caso, para favorecer sus itinerarios de inserción social, laboral y familiar".

Sobre la autodeterminación, la propuesta de Euskal Hiria pasaba por la apertura de un proceso de reforma constitucional, que reconozca ese derecho y "la transformación del Estado español en una República federal, dentro de la cual se podría conformar un Estado vasco con amplios con amplios poderes y también amplios lazos de solidaridad con los otros Estados federados".

En esta propuesta, se incluiría también a la Comunidad Foral de Navarra, a la que consideran "histórica y culturalmente el corazón de Euskal Herria".