Polémica por la libertad de expresión en los campus universitarios de EEUU

  • Josh Freeman es un deportista, estudiante en ingeniería en una de las más prestigiosas universidades de Estados Unidos. Pero entre deportes y estudios, con 20 años, este joven también hace campaña para tener derecho a decir lo que piensa.

Cuando criticó recientemente a ciertos estudiantes que reclaman en Princeton (noreste) retirar del campus el nombre del expresidente estadounidense Woodrow Wilson por su racismo, se produjo una fuerte reacción.

"Si eres blanco, te dicen 'eres blanco, eres racista'. Y si eres afroestadounidense y no estás de acuerdo con ellos, como yo, te conviertes en un traidor por no apoyarlos. No debería ser así", explica.

Desde principios de noviembre, los campus estadounidenses están en ebullición por movimientos de protesta de estudiantes de las minorías que acusan a las autoridades universitarias de falta de respeto y reclaman boicots, renuncias y cambios de nombres.

En Princeton, 80 kilómetros al sudoeste de Nueva York, se lanzó una campaña para obtener que la "Escuela de Asuntos Públicos e internacionales Woodrow Wilson" sea rebautizada, al igual que una residencia con el nombre del 28º mandatario estadounidense (1913-1921), también expresidente de la universidad.

Wilson es conocido sobre todo fuera de Estados Unidos por haber involucrado a su país en 1917 en la Primera Guerra Mundial y lanzado dos años más tarde la idea de la Sociedad de Naciones, precursora de Naciones Unidas.

Pero en Estados Unidos, sus críticos subrayan su racismo. En noviembre en Princeton, estudiantes de la "Liga de Justicia Negra" organizaron una sentada de 32 horas para pedir que se reconozca ese pasado.

Los responsables de la universidad comenzaron a examinarla cuestión y crearon para ello una comisión especial.

"Princeton debe comportarse mejor. Tenemos que comprometernos a que esta universidad sea un lugar en el que todos los estudiantes, sea cual sea su origen, se sientan respetados", declaró su actual presidente, Christopher Eisgruber.

Pero Josh Freeman, que forma parte de la "Coalición para el Campus Abierto de Princeton", creada el mes pasado para defender la pluralidad de opiniones, no piensa que censurar el nombre de Wilson sea una solución.

"Todos los dirigentes que admiramos tienen sus defectos. ¿Hay que dejar de utilizar su nombre? ¿O hay que nombrar cosas en su memoria y discutir libremente sobre sus defectos, cómo superar ese pasado y volverse mejores", dijo.

Las manifestaciones antirracistas en los campus comenzaron tras la muerte de jóvenes negros abatidos por la policía.

Pero según los expertos, son el reflejo de un problema más amplio en torno de la libertad de expresión en las universidades estadounidenses, donde el problema de no ofender alimenta una forma rampante de censura.

En octubre, la universidad de Yale (noreste) aconsejó a sus estudiantes evitar los disfraces de Halloween que podrían ofender a las minorías, por ejemplo las cofias con plumas o los turbantes.

Una pareja de profesores que había planteado preguntar la razón de esas consignas fue duramente criticada y finalmente anunció que se tomaba seis meses sabáticos.

Profesores de Derecho cuentan que algunos estudiantes se indignan cuando sus cursos abordan las cuestiones de violación y aborto, diciendo ver discriminación y acoso sexual.

En ese contexto, ciertos enseñantes prefieren no hablar más de violación, según Jeannie Suk, profesora de Derecho en Harvard (noreste).

Según Nadine Strossen, profesora de la New York Law School (noreste) y expresidente de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU), la libertad de expresión se encuentra amenazada de manera permanente.

Si antes los intentos de controlar los discursos de los estudiantes venían de la universidad, ahora los impulsan "los propios alumnos con la ayuda del gobierno federal", señala Strossen.

Durante los dos mandatos del presidente Barack Obama, la sección de derechos cívicos del departamento de Educación ha ampliado la definición de acoso sexual a todas las expresiones con connotación sexual.

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