Brasilia, 7 feb.- La policía del estado brasileño de Santa Catarina, que desde hace diez días es escenario de una fuerte ola de vandalismo, afirmó hoy que los ataques son "ordenados" por bandas que operan desde las cárceles de esa región del sur del país.
"No son indicios. Es plena convicción y plena certeza de que la orden para esos ataques, que son próximos al terrorismo, partió de bandas que operan dentro de los presidios", declaró el comisario jefe de la Policía Civil de Santa Catarina, Aldo Pinheiro D'Ávila.
Florianópolis, capital de ese estado, y otras ciudades vecinas han sido objeto en los últimos diez días de reiterados atentados contra ómnibus de transporte público, comisarías y estacionamientos, en los que han sido incendiadas decenas de vehículos.
Los ataques, que hasta ahora no han dejado víctimas, ocurren siempre por la noche y, de acuerdo a balances parciales, hoy de madrugada fueron incendiados otros dos autobuses y un automóvil particular.
La situación no ha podido ser controlada por las autoridades, que en los últimos días han decidido proteger con escolta policial a los autobuses de transporte público y restringir su circulación durante la madrugada.
La violencia recrudeció después de que el pasado día 2 un canal de televisión local difundió imágenes tomadas dentro de una cárcel en las que se veía a un grupo de presos desnudos y en cuclillas, en momentos en que eran maltratados por numerosos agentes.
El comisario D'Ávila admitió que ese vídeo puede haber contribuido a la ola de violencia, aunque sostuvo que más "determinantes" para la reacción de los presos han sido diversas medidas adoptadas en las últimas semanas para contener el tráfico de drogas dentro de los presidios.
El jefe policial también dijo que durante la última semana han sido detenidas unas treinta personas sospechosas de participar en los actos vandálicos y afirmó que la mayoría tiene contactos con los capos de las bandas que operan en el interior de las cárceles.
La situación en Santa Catarina ha generado preocupación en el Gobierno brasileño y llevado al ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, a ofrecer el envío de agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad, un batallón especialmente preparado para hacer frente a desórdenes públicos.
La oferta de Cardoso será estudiada por las autoridades de Santa Catarina, que además han solicitado el traslado de decenas de presos de ese a otros estados, a fin de intentar descabezar a las bandas que han nacido en las prisiones.
Las autoridades sospechan que esas bandas tienen vínculos con el llamado Primer Comando de la Capital (PCC), una organización surgida hace más de diez años en cárceles de Sao Paulo y que desde entonces ha propiciado diversas olas de violencia en esa región.
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