¿Por qué Rajoy se equivoca al confiar en el efecto Cameron?

    • Rajoy ha vuelto a escuchar a Arriola, su gurú, yaún confía en el 'efecto Cameron'.
    • Rajoy se equivoca en creer que las cifras bastan. El español vota con el bolsillo pero también con el estómago.
David Cameron, junto a su mujer, Samantha Cameron
David Cameron, junto a su mujer, Samantha Cameron
O.R.

Fabra se ha mirado al espejo y ha decidido marcharse. Rudi también lo va a hacer. Pero el enfado de los barones no acaba de mirar a Rajoy, al que solo piden mirarse al espejo, no sabemos si para acicalarse o para marcharse.

Sabe el PP que a seis meses de las elecciones cambiar el cartel no es tarea fácil. Tampoco creen que una cara nueva resuelva los problemas porque la marca PP es lo que creen que no funciona. Está desgastada por una política de tecnócratas (tal vez más acertada de lo que se dice), pero que mira de perfil a los ciudadanos. Que no vende un proyecto, que no pisa la realidad, que no hace política, que sigue viviendo como si el Consejo de Ministros fuera una reunión en Bruselas. Pedir la dimisión del presidente no deja de ser absurdo, y más si lo piden partidos que logran un millón de votos. Pero permanecer impasible ante las advertencias de los ciudadanos es suicida.

Rajoy ha vuelto a escuchar a Arriola, su gurú, y aún confía en el 'efecto Cameron'. Lo que no entienden, ni uno ni otro, es que España no es Gran Bretaña. Aquí se sigue votando a la contra. Que se lo digan a Aguirre, que ha suscitado tal rechazo que ha dejado en manos de Carmena (que no Carmona, desaparecido en combate) la alcaldía de Madrid. Ha hecho mucho de su parte la lideresa enamorada de su propio personaje. Los indignados ganan. Y los votantes votan a la contra. Que se lo digan a Cospedal, calcinada por el caso Bárcenas y su cargo de secretaria general. Los pactos también serán a la contra. España en esencia.Asumir responsabilidades y culpas

Aquí dimiten pocos porque asumir las responsabilidades y las culpas no es cosa de nuestra sociedad. La culpa siempre es de los otros. Los ciudadanos también lo practican. Y el presidente también. Volver a repetir que han ganado las elecciones cuando sabe que no va a gobernar es tan cierto como poco gratificante para los suyos.

Los resultados electorales tendrían que haber provocado la dimisión de muchos… pero son pocos los que han seguido los pasos de los líderes ingleses, un ejemplo. Aquí se pide la dimisión de Rajoy y poco más. Por eso confiar en el efecto Cameron es arriesgado. Los británicos no viven en una permanente trinchera (Miliband dijo nada más perder que había que trabajar para unir al país, y Blair que había que volver al centro). Y el paro en Gran Bretaña es cinco veces menos que en España.

Rajoy se equivoca en creer que las cifras bastan. El español vota con el bolsillo pero también con el estómago. Tal vez más ahora con el estómago más que nunca. Y ahí de nada vale hablar solo del PIB, del déficit y de la prima de riesgo. Hemos pasado de un presidente que no hablaba de economía porque no sabía a otro que no habla de nada… que no sea economía. Y con su papel. Alguien debería decirle a Rajoy si para repetir siempre el mismo mantra no debería llevar siempre el mismo papel en la mano. Dicen que van a mejorar en comunicación. Lo que deberían saber es qué quieren comunicar. Dijo Platon que "los sabios hablan porque tienen algo que decir. Los tontos hablan porque tienen que decir algo".

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