Portugal logra un respiro de la 'troika', pero sus previsiones se ensombrecen

  • La 'troika' internacional decidió conceder a Portugal más tiempo para acometer sus ajustes presupuestarios, el mismo día que el Gobierno luso ensombreció aún más las previsiones del país, donde la aguda recesión y el desempleo batirán récords.

Lisboa, 15 mar.- La 'troika' internacional decidió conceder a Portugal más tiempo para acometer sus ajustes presupuestarios, el mismo día que el Gobierno luso ensombreció aún más las previsiones del país, donde la aguda recesión y el desempleo batirán récords.

La relajación de los plazos del déficit -Portugal tendrá un punto de holgura para finales de este año y punto y medio para el 2014 frente a lo pactado- coincidió con la divulgación de pronósticos macroeconómicas que recibieron una lluvia de reproches desde varios sectores.

A pesar de que Lisboa pasó el séptimo "examen" realizado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocidos por la 'troika', las críticas florecieron enseguida entre figuras como la del jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva.

El dirigente censuró la lentitud de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en aliviar los ajustes para responder al aumento del desempleo y la caída del PIB y advertió de la situación "dramática" del desempleo, que podrá rondar al 18 % a finales de año.

"El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y otros líderes comentaron recientemente que la austeridad y los sacrificios estaban alcanzando los límites de lo soportable. Aquí en Portugal, yo ya dije eso mismo hace meses", criticó el jefe del Estado, quien recordó el sufrimiento de españoles, irlandeses e italianos.

El Gobierno, de signo conservador, acogió con satisfacción las nuevas metas de déficit (5,5 % del PIB en el 2013 y 4 % en el 2014) concedidas por los organismos internacionales, aunque reconoció su inquietud por el alto desempleo en el país, consecuencia de la dura y prolongada recesión portuguesa.

El ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, consideró "muy preocupantes" los datos de destrucción de empleo y no dudó en señalar el pronunciado incremento del paro como la principal frustración del Ejecutivo conservador desde su llegada al poder, en junio de 2011, cuando se situaba en el 12 %.

Frente a la caída de la economía y el paro en alza, el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho no ha tenido más remedio que revisar sus estimaciones económicas, que calculan ahora para este año una caída del PIB del 2,3 %, distante del crecimiento de un 0,3 % previsto por el Gobierno y la 'troika' cuando acordaron las condiciones del rescate a Portugal, en la primavera del 2011.

Ante el horizonte poco halagüeño que se dibuja en el país, los representantes de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI decidieron dar un respiro al país con la reducción más suave del déficit, que tendrá que estar por debajo del 3 % en el 2015, un año más tarde de lo inicialmente pactado.

La flexibilización de estas metas adquiere especial relevancia, si se tiene en cuenta que Portugal cerró 2012 con su déficit en el 6,6 %, más de un punto y medio por encima de su objetivo, según los criterios del Eurostat, que difieren de los de Portugal.

El resbalón del déficit se produjo principalmente por que la UE no aceptó incluir el dinero ingresado por Portugal en su última privatización -venta de la gestora de aeropuertos ANA- y contabilizó un aumento de capital de 700 millones de la estatal Caixa Geral de Depósito como una transferencia.

La 'troika' admitió, asimismo, la propuesta del Gobierno conservador luso de acometer la reforma del Estado en tres años (2013, 2014 y 2015) y no en dos como estaba previsto inicialmente, lo que en la práctica concederá al país un año más para cortar 4.000 millones de euros.

Los organismos consideraron que Portugal sigue por el "buen camino", por lo que recibirá un nuevo tramo de ayuda -2.000 millones de euros- de su rescate financiero, del que ya ha ingresado el 90 por ciento del total de los 78.000 millones.

Sin embargo, los malos augurios a nivel económico encresparon aún mas el ya enrarecido panorama social y político portugués.

Entre los grupos de la oposición, la izquierda marxista fue la más vehemente al pedir de nuevo la dimisión del Ejecutivo, mientras que los socialistas, el principal grupo de la oposición, expresaron sus dudas sobre los datos del déficit, pues estiman que es aún mayor.

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