Sao Paulo, 2 sep.- El senador boliviano Roger Pinto, cuya huida a Brasil con la ayuda de diplomáticos de ese país motivó una crisis diplomática bilateral, es "perseguido" en su país por haber denunciado vínculos de altos funcionarios del Gobierno boliviano con el narcotráfico, según el semanario brasileño Veja.
Un artículo publicado en el último número de la revista da por cierto que Pinto es víctima de una "persecución política" en su país, como él mismo afirma.
"El motivo primordial" de la persecución, dice Veja, es un "dossier" elaborado por agentes de inteligencia de la Policía boliviana que el senador opositor entregó en la sede del Ejecutivo de su país en 2011, en el que se apunta a la presunta participación de miembros del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) en acciones relacionadas con el narcotráfico.
Pinto pretendía al entregarlo que se investigaran esas denuncias, lo que nunca ocurrió, agrega Veja.
El texto menciona, por ejemplo, que el ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana, y la exmodelo Jéssica Jordán entraron el 18 de noviembre de 2010 en la casa del narcotraficante brasileño Maximiliano Dorado, en la localidad boliviana de Santa Cruz de La Sierra, y salieron, cada uno, con maletas "tipo 007".
De acuerdo con Veja el mandatario Evo Morales no interrogó a ninguno de los implicados y comenzó una "persecución" contra Pinto, contra el cual hay abiertas varias causas por corrupción en su país.
Pinto se refugió en mayo de 2012 en la embajada brasileña en La Paz, donde recibió asilo diplomático, y estuvo esperando sin éxito un salvoconducto del Gobierno boliviano más de 450 días para poder dejar su país. Finalmente cruzó la frontera en agosto pasado.
El artículo de Veja está titulado "Jerjes Justiniano es el embajador del narcoestado boliviano en Brasilia", en referencia al máximo representante diplomático del país andino en Brasil.
Entre los documentos del "dossier" que Veja menciona está un vídeo de una visita del hoy embajador, cuando en 2010 era candidato al Gobierno de Santa Cruz de La Sierra, a una fábrica de madera del presunto narcotraficante italiano Darío Tragni.
En esa fábrica, según la revista, habían sido confiscados meses antes materiales para la elaboración de cocaína.
El dossier también dice que el hijo del embajador, Jerjes Justiniano Atalá, defiende como abogado a varios narcotraficantes y representó al estadounidense Jacob Ostreicher, que invirtió 25 millones de dólares en plantaciones de arroz en Bolivia asociado a la colombiana Claudia Liliana Rodríguez, esposa de Dorado.
Pinto dejó el último fin de semana Brasilia y se refugió en una casa campestre en el interior del central estado de Goiás para evitar la "politización" de su caso en el pedido de asilo político oficial, según informó su abogado, Fernando Tiburcio.
El legislador boliviano salió de La Paz en un coche oficial de la embajada, escoltado por soldados brasileños, hasta la fronteriza ciudad de Corumbá, a la que llegó el pasado 24 de agosto sin que el Gobierno boliviano hubiese expedido el debido salvoconducto.
Fue ayudado por el encargado de negocios de Brasil en la embajada boliviana, Eduardo Saboia, quien fue destituido por ello.
Desde Corumbá Pinto viajó a Brasilia en un avión fletado por el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño, Ricardo Ferraço.
Por su caso Antonio Patriota tuvo que dimitir como canciller de Brasil.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios