"Nos interesaba saber del proceso de reforma tributaria, que en el caso de Uruguay elevó la carga de impuestos a 27%, la nuestra es mucho más modesta", comentó Solís a periodistas acompañado de Mujica en la Casa Presidencial de San José.
El gobierno costarricense se encuentra inmerso en una compleja negociación con el Congreso para modificar los tributos, incluyendo la elevación del impuesto al valor agregado del 13% actual al 15%.
"A nadie le gusta pagar impuestos, pero no se puede en una sociedad pretender progreso material de infraestructura, tener enseñanza, si no hay un crecimiento de los ingresos fiscales del gobierno", expresó Mujica.
Destacó que los países donde la población tiene un mejor nivel de vida, como los del norte de Europa, son aquellos con una carga tributaria más elevada, en los que el Estado devuelve lo recibido a la población con servicios y mejoras sociales.
Criticó que América Latina, por el contrario, es la región más desigual y de menor capacidad de recaudación fiscal, y que los sectores más ricos siempre buscan formas de evadir el pago de tributos.
Solís advirtió que si no se aprueba la reforma tributaria en la Asamblea Legislativa el país enfrentará una situación financiera difícil por efecto del abultado déficit fiscal, de cerca de 6% del producto interno bruto (PIB).
El líder costarricense dijo que con la reforma propuesta espera reducir el déficit a 3,5% del PIB al concluir su mandato en 2018, similar al nivel en que lo dejó Mujica al concluir este año su período de gobierno en Uruguay.
mas/dg
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