Presidente de gobierno islamista niega que haya "frialdad" con rey Mohamed VI

Rabat, 7 sep.- El presidente del gobierno marroquí, el islamista Abdelilah Benkirán, ha negado que exista "frialdad" entre él y el rey Mohamed VI, como también ha negado que el monarca haya intervenido para orientar las negociaciones de remodelación del gobierno.

En un comunicado hecho público anoche en su página web para responder a las informaciones publicadas "por ciertos periódicos y sitios web", Benkirán asegura que está en contacto "en permanencia y sin discontinuidad (con el monarca), muy lejos de la frialdad mencionada en esos medios".

Según varios medios escritos y electrónicos, el entorno del monarca está interviniendo para acelerar las negociaciones tendentes a remodelar el gobierno de coalición tras la salida del partido nacionalista Istiqlal y la ya casi segura entrada en su lugar del centrista Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI).

"Ninguna parte ha intervenido para acelerar o frenar las negociaciones" ante la eventual entrada del RNI en el gobierno, puntualiza Benkirán, que pese a multiplicar todas las señales de fidelidad al rey no logra todavía ganar su simpatía, según subrayan de forma periódica los observadores y medios de comunicación.

El comunicado de Benkirán incide una vez más en la supuesta independencia del poder ejecutivo con respeto al Palacio, en línea con la nueva constitución, aunque la debilidad del gobierno es patente: el semanario TelQuel subraya hoy que "la monarquía ejecutiva está aquí para durar (en el tiempo); queda mucho camino hasta un verdadero régimen de monarquía parlamentaria".

En cuanto a la crisis de gobierno en sí misma, se cumplen la próxima semana cuatro meses desde que el Istiqlal anunció que abandonaba el gobierno que dirige Benkirán, aunque luego puso en suspenso su decisión precisamente a petición del rey Mohamed VI.

Todo parece indicar que en las próximas semanas el RNI formalizará su entrada en lo que los periódicos han calificado ya de "gobierno Benkirán II", cerrando así la primera crisis de la experiencia islamista "a la marroquí".