"¿Qué haría si se encontrara con el asesino de su hermano?"

  • "¿Qué haría si se encontrara con el asesino de su hermano?", le ha preguntado un alumno de Secundaria a Pedro Mari Baglietto, cuyo hermano fue asesinado por ETA en 1980. "No me apetece nada encontrármelo, pero le diría: No te voy a matar, ni mis hijos a los tuyos. Es lo que nos diferencia. Eso es lo que le respondería", le ha contestado.

Sagrario Ortega

Madrid, 31 ene.- "¿Qué haría si se encontrara con el asesino de su hermano?", le ha preguntado un alumno de Secundaria a Pedro Mari Baglietto, cuyo hermano fue asesinado por ETA en 1980. "No me apetece nada encontrármelo, pero le diría: No te voy a matar, ni mis hijos a los tuyos. Es lo que nos diferencia. Eso es lo que le respondería", le ha contestado.

Baglietto ya está acostumbrado a este tipo de preguntas porque desde hace diez años colabora con la Fundación Víctimas del Terrorismo (FTV) en el proyecto "Educar para la Convivencia", con el que se pretende trasladar a los alumnos los valores de la tolerancia y la paz a través del testimonio de las víctimas.

Un total de 450 colegios han reclamado ya la voz y la presencia física de las víctimas en sus instalaciones, lo que supone que más de 60.000 estudiantes han podido escuchar de primera mano esos testimonios.

Hoy le ha tocado el turno al colegio madrileño Nuestra Señora de Atocha, al que ha acudido por primera vez como presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FTV) Maria Mar Blanco, "contenta" de poder ofrecer su propio testimonio y decirles a los estudiantes que, pese al sufrimiento que les ha causado ETA, en su vida no entra la venganza ni la revancha ni el odio.

Con la advertencia de que los testimonios que iban a escuchar "no son agradables para el oído" ni sacados de una película o de un cuento, Mari Mar Blanco ha relatado cómo ETA quiso poner precio a la vida de su hermano Miguel Ángel, el concejal del PP en Ermua (Vizcaya) asesinado por la banda en julio de 1997 tras dos días de secuestro.

Un asesinato, les ha recordado, que "dicen que marcó un antes y un después" porque todos los españoles "se vieron como víctimas".

Pese al fin de la violencia decretado por ETA, Mari Mar Blanco ha dicho a los adolescentes del auditorio que "todavía queda mucho por hacer" porque, echando mano de algunas encuestas, aún quedan muchos jóvenes en el País Vasco (un 15 %) a lo que les parece bien que ETA usara armas y métodos "totalitarios", y otros muchos que prefieren tener como vecino a un terrorista antes que a un policía.

Después, le ha tocado el turno a Baglietto, autor del libro "Un grito de paz", que siempre lleva en la mano para relatar, como hizo en esta obra ya agotada, la historia de su hermano Ramón, asesinado precisamente por el hombre al que salvó la vida cuando era un niño, en una acción terrorista que ideó un primo de la víctima.

Una historia que los estudiantes no conocían y que les ha mantenido atentos hasta el final.

Ya en el turno de preguntas, a Baglietto no le ha sorprendido el interés de los alumnos por saber qué haría una víctima de ETA si se encontrara con el asesino de su familiar. "La democracia no puede combatir la violencia con las mismas armas", ha sentenciado.

"¿Ha sentido deseos de venganza?", le ha preguntado otro adolescente. Baglietto ha reconocido que, en el trayecto de Madrid al País Vasco el día del asesinato de su hermano, pensó de todo, pero sus convicciones religiosas se impusieron. "Tenemos que perdonar", reflexionó.

De todos modos, entiende que muchas víctimas digan que no olvidan ni perdonan, pero ha recordado que ninguna se ha vengado. "Esa es su grandeza, su generosidad", ha recalcado.

"¿Está a favor del GAL?", "¿fue justa la pena que se impuso al asesino de su hermano?" han sido otras preguntas formuladas por los alumnos a las que Baglietto ha dado cumplida respuesta.

Pero sobre todo, ha pedido a los estudiantes madrileños que no mezclen a todos los vascos con los asesinos y les ha dicho: "No nos odiéis".

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